El Ayuntamiento de Cáceres vivió ayer una jornada agitada después de que este periódico publicara que había aprobado un gasto cercano a los 1.200 euros mensuales para pagar 29 plazas de aparcamiento para concejales y altos funcionarios como compensación del cierre al tráfico de la plaza de Las Piñuelas.

Por la tarde, el Ayuntamiento rectificó y anunció que cancelaba el compromiso y que la medida solo estará en vigor este mes, puesto que ya están pagadas las plazas,

La decisión de pagar el aparcamiento a los altos cargos y altos funcionarios municipales ha sido juzgada por los ciudadanos --que dejaron en la web de este periódico casi 200 comentarios, todos críticos--, como un privilegio. Y lo ha sido, sobre todo, porque se ha hecho de tapadillo y con la doblez que significa, por un lado, ofrecer una rueda de prensa sobre el cierre de Piñuelas manifestando que con ello la Corporación quería "dar ejemplo" para no aparcar en el casco histórico y, por otro, buscando alternativa al cierre y cargando su coste al erario público.

Lo que procedía haber hecho en este caso es, si se consideran necesarias esas plazas porque la actividad de concejales y altos funcionarios lo requiere, haberlo explicado el mismo día que se dio a conocer la decisión sobre Piñuelas y haberse sometido a las críticas de los vecinos, que también las habría habido, y aceradas. Pero ya no hay remedio: la decisión, primero, y su marcha atrás, después, denota que el Ayuntamiento no ha sido coherente ni al principio ni al final. Y eso es preocupante.