El anuncio efectuado ayer por el Gobierno de paralizar el proyecto de encauzamiento de la Ribera del Marco --una de las zonas verdes más emblemáticas de la capital cacereña-- para rehacerlo de nuevo, supone otro duro revés a una actuación anunciada por el Ayuntamiento de Cáceres en 1999 y que a estas alturas del 2007 aún no ha visto la luz. Ante esta situación no es de extrañar que muchos cacereños puedan mirar con perplejidad a la clase política y desconfiar de sus promesas. Y es que el parón del proyecto de la Ribera da pie a hacerse dos preguntas fundamentales. La primera es: por qué el Partido Popular no desarrolló una obra que en el 2003 la entonces ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, prometió que estaría terminada en el plazo de 18 meses?

Es cierto que el proyecto que el PP presentó para renovar la Ribera del Marco suscitó gran polémica en la ciudad desde varios sectores, especialmente los hortelanos que veían con resquemor las expropiaciones de sus huertas, y también las asociaciones medioambientales y hasta el Colegio de Arquitectos, que dudaban de la idoneidad de esta intervención. Y si esto era así, como se desprende de las declaraciones realizadas ayer por el presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, José María Macías, llega entonces la segunda pregunta: por qué el Gobierno del PSOE ha tardado tres años en dilucidar que el proyecto del PP era inviable desde el punto de vista ambiental? En todo este tiempo Cáceres podría haber ganado, pero no hay duda de que lo ha perdido.