WEw l Ayuntamiento de Cáceres va a encomendar a la Facultad de Veterinaria, a partir del 1 de enero próximo, la gestión de la perrera municipal, una labor de la que ha venido encargándose la Sociedad Protectora de Animales desde hace 12 años.

El cambio no está exento de polémica, y no solo por el hecho de que la Protectora haya conocido la decisión municipal por los medios de comunicación, sino porque todo parece indicar que el Ayuntamiento está llevando la sucesión en la gestión de la perrera de un modo precipitado: anuncia que encomienda esa responsabilidad a Veterinaria pero sin tener cerrado el acuerdo con la facultad en aspectos tan importantes como qué parte tendrá la responsabilidad de la recogida de los animales sueltos por pérdida o abandono, o cómo se llevará a cabo el proceso de adopciones.

Por otro lado, poner fin a la relación de la Protectora con el municipio no es una buena idea: es terminar con uno de los ejemplos de colaboración de eso que se llama 'sociedad civil' en responsabilidades públicas; es terminar con un trabajo que ha concitado el elogio unánime por la entrega de las personas que lo han llevado a cabo y por su esfuerzo por dar la mejor imagen de civilidad de los cacereños, basando su tarea en la defensa y protección de los animales desamparados y en la gestión de su acogimiento en nuevas familias, evitando siempre el sacrificio. Ojalá Veterinaria --de la que por otra parte nadie puede dudar de su idoneidad para tal cometido--, continúe por el camino de la Protectora.