Resulta difícil substraerse a los acontecimientos que ocupan un gran espacio en los medios de comunicación, sin participar en ellos.

Leo con cierto asombro y estupor declaraciones que pretenden desviar el foco, cuando no engañar a la opinión pública, de la presencia política en los Organos de Gobierno de las Cajas de Ahorros.

Siempre he reivindicado la presencia política en cualquier ámbito social sin tapujos, para que nadie se llame a engaño. Uno es quien es y defiende los postulados que considera adecuados y justos.

Pero es que además, los políticos salen de la sociedad que los elige, hacen leyes que son censuradas o aprobadas por los ciudadanos y les representan por periodos tras los que pueden ser renovados o revocados. La democracia es así de aburrida, así de sencilla y debe ser diáfana para ser duradera.

¿Qué es eso de la independencia de los consejos de administración, comisiones ejecutivas, comisiones de control y presidentes de cajas?

Sencillamente es falso. Ni Dios es independiente, puesto que controlaba y daba órdenes al cura-presidente Castillejos .

En todo el territorio nacional, conformado por 17 Estados autonómicos se proponen, se eligen y se nombran a los rectores de las entidades desde la dirección de los partidos políticos. Menos cuando en ese partido hay uno que manda de verdad que lo nombra él.

XY NO MEx refiero sólo a los representantes políticos de ayuntamientos o comunidades, que son la mayoría en los Organos de Gobierno. Me refiero también a los pobres impositores que se enteran de que han sido elegidos como electores y elegibles, no por una comunicación de la caja de turno, se enteran porque son visitados el mismo día del sorteo ante notario y casi a la misma hora en el pueblo más recóndito para pedirle su firma en un papel en blanco, de una lista que en ese momento no se sabe quién encabeza. Eso sí, se le dice que el alcalde del pueblo, o el concejal, o el obispo... o quien sea, apoya esa opción. Pues la primera batida se da a quien se sabe o se presume que es votante, familiar o afecto de una determinada opción política. Una vez que han firmado los impositores nuestros-nuestros hay que buscar (por si acaso pican) a los no adscritos o incontrolados.

Eso sí, se les advierte que si alguien va a pedirle la firma, les diga que ya han firmado y no firmen más candidaturas.

De las movidas en las entidades fundadoras y la representación sindical, no puedo hablar por desconocer el patrón que siguen, pero no sería exagerado presumir que todos tienen el mismo interés de representación.

En definitiva, que desde que la caja es caja, regida por la actual ley, y los partidos son partidos, todos sin excepción, colocan en dichas entidades a militantes, afectos o conversos; leales todos a quien les ha nombrado y obedecerán (salvo causas mayores) por disciplina de partido la orden de la o del que manda.

¿Por qué se empeñan algunos políticos de renombre en ocultar esta realidad? ¿Por qué si la practican la ocultan, disimulan o niegan? ¿Tienen mala conciencia o no consideran al pueblo suficientemente preparado para saber la verdad de cómo son las cosas en realidad? No lo entiendo.

Muchos seguimos creyendo en la nobleza y limpieza de la representación política por su propia esencia: emana de la libertad y acción del pueblo. Y la reivindicamos.

El juicio a la gestión de una caja no ha de hacerse por el pecado original de quienes la representan y dirigen. El juicio sensato debe hacerse por su cuenta de resultados. No sólo con el metraje que el Sistema Financiero impone como reglas de juego para comprar y vender dinero. Ni siquiera con la carta de calidad que otorga el Banco de España en permanente inspección. Cumpliendo con las anteriores premisas por imperativo legal hemos de analizar a qué ha dedicado tal o cual caja el grueso de su presupuesto de obra social. Si esa entidad ha apostado por sectores estratégicos en el desarrollo de la región donde se ubica. Y si esa caja tiene rostro humano, algo compatible y recomendable con todo lo anterior.

Por tanto cajas, politizadas sí y a mucha honra, entre otras razones para que los ciudadanos hasta en eso pueda establecer diferencias y apuesten por llevar su dinero a una u otra entidad financiera, dependiendo de cómo repercuta en su territorio la gestión de sus dineros allí depositados.

*Vicepresidente y consejerode Caja Badajoz 1988/2004.