La mesa sectorial de Educación aprobó el pasado viernes la modificación en Extremadura del calendario escolar para el curso 2017-2018 relativo a imprevistos por el calor. A partir de ahora serán las direcciones o titulares de los centros educativos quienes, previo informe favorable de sus correspondientes consejos escolares, acuerden desarrollar actividades adaptadas a la situación climatológica que se esté produciendo en el ámbito geográfico de cada centro. De esta manera, será el colegio e instituto el que tome la decisión de reducir las clases o eliminar determinadas actividades al aire libre porque las condiciones climatológicas que se puedan dar «no son las mismas en Hervás que en Monesterio», han recalcado desde la administración educativa. Esta opción se queda corta con respecto a la petición de buena parte de los sindicatos que pedían una reducción generalizada de las clases en septiembre y junio. Sin embargo, la decisión final resulta acertada; cada centro gana en autonomía y potestad, teniendo libertad para obrar en función de las condiciones climatológicas. No se dan las mismas condiciones de calor todos los años ni tampoco en uno y otro punto de la región.