Solemos siempre relacionar, cuando hablamos de plazas para docentes, de la relación cuantitativa entre alumnos--profesor. Es lógico a primera vista: si hay más alumnos debe haber más docentes, si hay menos alumnos, menos docentes, son unas cuentas de la vieja que a veces serán reales, a veces virtuales y, a veces, totalmente erróneas. Imaginemos que todas las aulas extremeñas tuvieran 20 alumnos y que la pérdida de 1.900 alumnos en global supusiera que nuestras aulas tuvieran 17 alumnos, ¿sobrarían docentes? No. Menos alumnos no tienen por qué significar forzosamente menos profesorado, aunque entonces ustedes se preguntarán cuándo sobran. Un docente sobra de un centro una vez garantizado el artículo 1 de la Ley de Educación de Extremadura, "La presente ley tiene por objeto... Para alcanzar una educación de calidad fundada en la equidad, en la igualdad de oportunidades y en la participación social, en el marco del sistema educativo español". Un docente sobra cuando se tenga, según también se cita textualmente en la LEEx, "... Especial atención a la escuela rural, obligando la ley a promover medidas específicas encaminadas a garantizar que su alumnado reciba un servicio educativo con los mismos niveles de calidad que el resto del alumnado", o como bien dice para con la administración su artículo 3, "haya que garantizar una educación de calidad..., o como derecho del alumno en su artículo 45, también el de las familias en el 51, etcétera. Un docente sobra cuando se cumpla el artículo 90, "Igualdad de oportunidades en el mundo rural. La consejería con competencia en materia de educación procurará la escolarización del alumnado en su localidad de residencia...", un docente sobra cuando se cumpla el 133, "la Administración educativa velará para que los centros sostenidos con fondos públicos dispongan de los medios materiales y humanos que les permitan ofrecer una educación de calidad, con el fin de atender debidamente las necesidades educativas del alumnado". Fíjense que nuestra ley cita en más de 40 ocasiones la palabra calidad y nunca la palabra cantidad. Así pues enhorabuena a los que cumplen la ley... A pesar de las cantidades.