EN la mañana de ayer tuvo lugar en Badajoz el acto inaugural de la obra de desdoblamiento de la carretera entre Badajoz y el cruce hacia San Vicente de Alcántara y Valdebotóa, cerca de Gévora, que soporta diariamente un tráfico de 14.000 vehículos. Representantes políticos de la capital pacense y de la Junta de Extremadura destacaron la importancia de esta nueva obra, que se terminará en el año 2009 y que enlazará con la futura autovía Cáceres-Badajoz. Ibarra, que afortunadamente para la comunidad autónoma cambió de parecer después de que su partido, contra toda lógica, defendiera durante años el rodeo por Mérida para quienes quisieran viajar entre Cáceres y Badajoz por autovía, defendió ayer esa nueva autovía porque beneficiará a la Plataforma Logística de Badajoz y al prometido aeropuerto internacional de Cáceres. En su día, Ibarra defendió el cambio de parecer en la existencia futura de El Corte Inglés en la capital cacereña. El presidente de la Junta no debería buscar justificaciones puntuales a una obra que es necesaria con independencia de las industrias e infraestructuras que haya en una capital o en otra. Esa obra es pertinente por algo tan intangible como la cohesión social; porque los extremeños paulatinamente están borrando la distancia psicológica entre unas y otras zonas de la región, y no hay instrumentos mejores para ello que la mejora de las comunicaciones. La autovía entre Cáceres y Badajoz lo es. Porque si la carretera es la Calle Mayor, la autovía ojalá sea el Bulevar Mayor, más próximo, más paseable, más cercano para todos.