XExn la sociedad actual, y en especial en los países occidentales desarrollados, el ocio ocupa una parte importante de nuestro desarrollo personal. Los avances se producen a ritmo vertiginoso y todos debemos estar preparados para adaptarnos a los cambios. Es ineludible --y más en un sector cambiante como el de los jóvenes-- atender sus demandas y conocer sus hábitos con la realización periódica de estudios. Eso se llama responsabilidad y preocupación.

Los planteamientos que hacemos desde la Junta de Extremadura nunca han pretendido buscar culpables sino soluciones: de ahí parte nuestra preocupación por la situación de los jóvenes que son los que están escribiendo el presente y escribirán el futuro de nuestra región. Estas directrices solo se entienden bajo los planteamientos de una política de modernidad, de progreso y de participación junto a la ciudadanía y no de espaldas a ella. Cuando desde el Partido Popular hablan de modernidad y de imponer la Ley Seca imaginamos que no se referirán al Foro Jóvenes, Noche y Alcohol que tuvo lugar en febrero de 2002, donde su actual secretario general, entonces vicepresidente del Gobierno, anunció la prohibición por ley del consumo de alcohol, sin debate previo y sin esperar a las conclusiones del foro, proyecto de ley que a pesar de la premura de su desarrollo y de la presentación a la Comisión Interautonómica sin plazo para revisarla, nunca se llegó a aprobar. Creo que tampoco se referirán a otras ciudades como Madrid donde se lanzó a la policía a la vía pública para prohibir el consumo de alcohol. Este ha sido el verdadero pensamiento de la política del Partido Popular que de lo único que se ha preocupado es de quitarse a los jóvenes de encima y echarle la culpa a los demás. Además, recientemente en la ponencia sobre juventud presentada en el Congreso Regional del PP, para nuestra sorpresa, no mostraron mayor interés. Cuando desde la Junta de Extremadura hablamos de participación, nos referimos a implicación, a compromiso y a debate. El objetivo de la Campaña Futuro es apelar a la conciencia de los ciudadanos, de los jóvenes, de los educadores, de las asociaciones de vecinos, de los medios de comunicación, de los técnicos de drogodependencias, de los políticos y, en especial, a la de los padres y madres como única forma racional de enfrentar a toda la sociedad a un grave problema como es el de consumo de alcohol por parte de los menores de edad, y donde el asunto de esta campaña no ha sido el botellón en sí mismo. En total fueron 1.000 personas las que tuvieron alguna responsabilidad en la campaña y más de una tercera parte de los 200.000 padres convocados --no 40.000, señor Díez Solís -- los que participaron, y todo ello, dirigido desde el rigor y la profesionalidad de un grupo de profesores de la Universidad de Extremadura con una metodología ejemplar.

La Ley de Convivencia y Ocio, aprobada por la Asamblea de Extremadura y amparada por juristas de reconocido prestigio, es preventiva y no represiva, reivindica la libertad y la responsabilidad colectiva, y su objetivo es conquistar la convivencia. Desde el PP ustedes no lo entienden y cuando se refieren a ella hablan de la ley antibotellón.

Desde la Junta de Extremadura sí valoramos la implicación de todos, de los colectivos sociales, de la Fempex, del Consejo de la Juventud, de las asociaciones de padres y madres, de empresarios, de la Universidad,... aunque ustedes traten de tirar por la borda su trabajo, una labor que pretende mejorar la sociedad en la que vivimos. Valoramos la implicación de todos, porque en el modelo de debate abierto en Futuro también escuchamos opiniones diversas, que como no podía ser de otra manera, aceptamos dentro de un modelo de participación social incuestionable.

También nos halaga el hecho de que reconozcan que la Campaña Futuro sigue vigente con un espíritu de generación de conciencia y trabajo, resultado y fruto del esfuerzo de todos, pues conocen las iniciativas puestas en marcha como los Espacios para la Creación Joven (más de 26.000 jóvenes desde abril de 2003), el Circuito de Artistas Urbanos (más de 20.000 jóvenes en verano de 2004), el Programa de Universalización de la Prevención Escolar (275 centros escolares, 2.055 profesores beneficiándose un total de 31.114 alumnos en el curso escolar 2003-2004), el Programa de Prevención Familiar (1.000 familias en 2003), el Programa de Prevención en Ambito Comunitario (58 municipios y 18 mancomunidades con programas de prevención comunitaria o contratación de técnicos de prevención).

La modificación de conductas sociales no saludables requiere una labor de todos y continua en el tiempo. Las acciones emprendidas desde las administraciones públicas competentes, autonómica y local, darán sus frutos. La intención desde el Gobierno autonómico ha sido siempre continuar con el consenso y la responsabilidad social, pese a que algunos utilicen su frivolidad para poner zancadillas.

*Director general de Juventud de la Junta de Extremadura

*Secretario técnico de Drogodependencias de la Junta de Extremadura