Filólogo

Que otra vez nos hemos pasado! ¡Que la campaña del PER es tendenciosa, partidista, subversiva y política! Lo ha dicho Piqué y lo ve cualquiera: "Nadie nos ha regalado nada", es un eslogan levantisco y agitador; un ataque a la historia de España y una consigna que nos retrata como un pueblo que ha olvidado aquellos tiempos íntegros de los racionamientos, de la leche en polvo y del queso americano, y nos plasma como una casta ofuscada, incapaz de valorar la prosperidad acarreada por la magnanimidad de nuestros gobernantes.

¡Decir que nadie nos ha regalado nada! Los extremeños no hemos agradecido nunca las grandes inversiones en infraestructura, los polígonos industriales levantados, las industrias transformadoras ni el esfuerzo realizado para evitar la sangría de la emigración y ahora nos percatamos del coraje del ejecutivo para que levantemos cabeza: los fondos europeos están haciéndonos una autovía para el año de maricastaña y el Gobierno está llevando el AVE a todas las autonomías con la máxima urgencia para mandarnos, a la mayor brevedad posible, los trenes de segunda mano.

La clase del obreraje extremeño ha sido siempre pedigüeña, ahora es descarada: quiere la televisión para reclamar sus derechos, ignorante de que el telediario es intocable y de que la una, la dos y la tres, son televisiones privadas dedicadas a informar al personal sobre la señora Botella, la Faes y las campañas culturales, que ésas sí que son campañas, del periódico El Mundo.

Se lo dije una tarde en Cánovas a Sánchez Polo, entretenido con los perros expulsados del Parque del Príncipe, por los pavos de Raimundo-concejal:

--¡Te pasas, Carlos, con la campaña del PER! ¿Cómo se te ocurre decir que no nos han regalado nada, si hace dos días nos han hecho 36 kilómetros de autovía y nos dejaron disfrutar durante seis meses de televisión propia?