Tocaba pulsómetro en la SER, y después de evaluar la opinión de los españoles sobre políticos y naufragios, Iñaki Gabilondo desbrozó los resultados sobre la oferta de Alberto Ruiz-Gallardón a Ana Botella para incorporarse a su candidatura al Ayuntamiento de Madrid. En resumen: "Buena acogida de los españoles a esa posibilidad, aunque la futura candidata despierta tanta simpatía como antipatía. Beneficia a Gallardón, aunque la mayoría cree que la idea parte de la Moncloa". Reaccionó irónico Miguel Angel Fernández Ordóñez: "Si los españoles creen que la propuesta de Gallardón a Botella --pese a beneficiarle política y electoralmente-- no es suya, el que parece tonto es él". Más generoso estuvo Javier Tusell: "Ha sido una gran jugada de Gallardón", y sugirió a los socialistas que "deberían tomarse esta presencia de Ana Botella como una expectativa, no hacer crítica antes de haber medido sus capacidades. Hacer una crítica como le hicieron de principio a Carmen Romero es inconveniente".

Ramón Vargas-Machuca abundó en la idea: "Hay menos crispación que cuando lo de Carmen Romero. La encuesta refleja una simpatía por alguien que acaba de llegar y eso es algo de sentido común. En todo caso, lo que habría que someter a escrutinio es la primera reacción de la prensa cuando se anunció la noticia".

Se liaron al final sobre si la promoción de Ana Botella salía del candidato del PP a alcalde de Madrid o de la misma Moncloa hasta el punto de que Gabilondo advirtió de que no se confundieran los verbos: "Se indujo, no se impuso".