Maestro

El vergonzoso muro de Israel no podrá contener la sangre generada por años de odio y exterminio. Allí donde abundaban las armas de destrucción masiva, allí donde los soldados USA iban a ser recibidos y aclamados como salvadores, salvo en las zonas petrolíferas, el caos es absoluto y la muerte acecha a los representantes del nuevo orden mundial. La hambruna africana no es noticia y los muertos de la carretera ya ni nos conmueven. Respecto a nuestro país la mentira se ha instalado como verdad y la credibilidad de los políticos y sus propuestas se devalúa día a día. A pesar de todo la vida sigue y esperemos que vengan tiempos mejores. ¿Europa será lo que creímos que iba a ser, o sólo interesaban las cuestiones económicas? ¿Tan importante es para el futuro de la nueva Europa, conformada por países laicos y religiosos, la mención al cristianismo? Por aquí, con las lluvias, la calle está cada día peor y no se atisba el inicio de las obras de reparación. ¡Qué envidia de la diligencia con la que se están adecentando otras calles del entorno! ¿Alguien sabe por qué no se arregla nuestra calle? En estos días ha saltado a la actualidad la pugna por la capitalidad cultural entre Córdoba y nuestra ciudad. Nuestros representantes no acudieron a la reunión en la que mayoritariamente la candidatura de Córdoba recibió un buen espaldarazo. Los responsables municipales adujeron la falta de presupuesto para el desplazamiento. ¿Había (hay) realmente interés porque nuestra ciudad sea capital cultural? Si el interés es el mismo que el mostrado por la puesta en marcha de la Fundación Cáceres Patrimonio de la Humanidad, propuesta por el grupo municipal socialista con motivo de la última visita del príncipe Felipe a nuestra ciudad hace ya unos años, apaga y vámonos. La citada propuesta fue aceptada por unanimidad en pleno de la corporación. A día de hoy, como otros asuntos de interés para los ciudadanos, es tema recurrente que aparece y desaparece. ¿Qué podemos aportar para optar a la capitalidad cultural? ¿Una ciudad cada día más sucia? ¿Una escandalosa carencia de plazas de aparcamiento? ¿Un tráfico caótico? ¿Conexiones ferroviarias tercermundistas? ¿Un auditorio cerrado la mayor parte del año? ¿Las dos casa de cultura? ¿La red de bibliotecas de 50 volúmenes? ¿Una atonía cultural preocupante? ¿Un museo municipal con la imagen de Blas Piñar en la galería de medallistas de la ciudad? ¿Un presunto museo de escultura al aire libre con un grado de conservación más que dudoso? ¿Las novatadas y los botellones del ferial? Sean ustedes serios y, por favor, digan que esto de la cultura no les va y que lo que de verdad les va es recalificar suelos y propiciar la construcción de viviendas en el extrarradio, que les priva de la razón enajenar suelo de titularidad municipal y despatrimonializar a la ciudad, que les encanta ver cómo, por acción de su política de urbanismo, el centro se ha ido despoblando y el número de viviendas vacías aumenta día a día, que lo suyo es la cultura del cemento y el ladrillo que enriquece el bolsillo y no aquella que enriquece el espíritu. ¡Qué le vamos a hacer! Ellos son así y ganaron por mayoría absoluta.