TEtl Gobierno, a través de unos presupuestos futuros, futuribles y solo probables, ha incluido para Educación "mejoras" en los presupuestos del 2016, aunque en Educación los años no son naturales, son escolares, no empiezan un 1 de enero, comienzan un 1 de septiembre del año entrante, por lo que todo lo anunciado tendrá que esperar, al menos 13 meses, y seguramente 11 o 12 desde su aprobación. De todos modos, bienvenidas sean, pues aunque muchas de las medidas deban ser con posterioridad asumidas por cada Autonomía, cierto es que las restricciones por ley estatales limitan a éstas, lo que no quiere decir que las adopten, pues tienen competencias educativas. De entre todas las anunciadas solo destaca una, la tasa de reposición del 100%, que pudiera ser real a estas alturas, por las previsiones para que la incluyan las comunidades a partir del 1 de enero del 2016, pues el resto, con la matrícula de los alumnos ya realizadas, la planificación de centros y plantillas de docentes aprobadas, sin gasto extra por libros de texto o material o becas, solo significa que la rebaja de la ratio y demás bondades no va a tener efecto para este curso, solo a partir del 1 de septiembre del 2016.

Cierto es que la partida para educación se incrementa un 10,8 % más que en 2015, en general, aunque las becas solo se incrementan un 0,2 % más que el curso anterior, se incrementan las ayudas de libros de texto y por el contrario baja significativamente la formación del profesorado y la partida para alumnos con necesidades específicas. Pero éstas no son las medidas que realmente signifiquen una apuesta o recuperación de lo perdido en Educación, solo un semiguiño a una falta completa de apuesta por la educación publica y de calidad.

En los últimos cinco años se han perdido 6.300 millones de euros para la educación en los presupuestos y entre 25.000 y 50.000 puestos de trabajo, una tasa de reposición del 100% desde enero de 2016 a febrero-marzo no la compensaría ni en un 0,5%. Y no hablemos del profesorado, con un 20% menos de poder adquisitivo, sin estatuto propio y pagando sus enfermedades a precio de oro, o multiplicándose si algún compañero se pone de baja durante más de quince días, además de pagarlas bien pagadas.

En definitiva, queremos mejoras, no caramelos, para eso ya tenemos a los que tanto criticáis por darlos.