Las cárceles extremeñas están saturadas. Albergan a casi 1.500 reclusos y tienen 750 celdas, según el último informe del sindicato de prisiones Acaip. El problema es más acuciante en Badajoz, centro penitenciario que cuenta con 400 celdas y más de 900 internos, lo que arroja una media de más de dos personas por celda. La legislación penitenciaria establece que las celdas deberán ser individuales, por lo que si se tomara la ley al pie de la letra cabe decir que en las dos prisiones extremeñas ´sobran´ 750 reclusos.

Los responsables penitenciarios de los dos centros extremeños señalan que el hacinamiento, o cuando menos la existencia de más reclusos que celdas, es un problema que se arrastra de antiguo. Y es cierto, pero no por ello debería de perderse de vista el sentido de la ley, que si contempla la celda individual es porque se considera un factor imprescindible para que dentro del centro penitenciario se creen las condiciones que den validez al sentido reeducador y de reinserción social de la pena. Y es que el hacinamiento empeora la vida de los internos y es, además, fuente de problemas de inseguridad.