Los líderes políticos catalanes y sus correspondientes asesores y militantes de mayor relieve habrán hecho ya sus primeras consideraciones sobre el ahora qué , la segunda parte de las elecciones del 1-N: pactar, quién y con quién... Concluido el rapidísimo escrutinio quedaba clara la triple posibilidad abierta ahora: sociovergencia de PSC y CiU, tripartito de PSC, ERC y ICV, o nacionalistas de CiU y ERC. ¿Cabe excluir alguna hipótesis de antemano? Cada cual tiene ya su propia fotografía final, pero es probable que las negociaciones que ahora dan comienzo pudiera modificar el resultado último.

No hay duda de que tanto Mas como Montilla quisieran formar gobierno, pero ambos son conscientes de que la doble llave de la gobernabilidad la tienen Esquerra y Carod , y que ambos tienen mucho que decir o condicionar en este trance. Carod ya ha dicho que quiere un gobierno cuyas decisiones no deban ser consultadas con la Moncloa. Y es sabido que ésa fue una de las críticas y ataques a la candidatura de Montilla: un miembros de la ejecutiva socialista gobernando la autonomía catalana. Veremos si la dificultad que plantea ERC es definitiva o es parte de la negociación nada más. De otro lado, es imaginable que ERC pondría también muy alta su cotización si prefiriera cambiar de socios de gobierno y pactar con los convergentes de Artur Mas. Este estaría dispuesto, con bastante probabilidad, a satisfacer abundantemente sus exigencias... Es la ventaja de ser la tercera fuerza, pero definitiva a la hora de constituir mayoría a las dos primeras, incluso desde una leve pérdida de escaños y votos.

XDE LOx que no cabe duda es de la gran paradoja que vuelve a producirse tras las elecciones catalanas: El vencedor Mas pudiera quedarse de líder opositor, al igual que el perdedor Montilla pudiera verse aupado a dirigir un tripartito que deberá ser considerablemente distinto, en su funcionamiento, al que encabezó Maragall . También quedan pocas dudas de que el cambio de candidato perjudicó considerablemente a los socialistas catalanes, pero era el precio que Zapatero quería cobrar a un Maragall que estaba lejos de complacerle y con quien había roto la mayor parte de los puentes de entendimiento.

Zapatero es consciente de que en Cataluña ha encajado una primera y severa derrota, y de advertirlo se han encargado, sobre todo, los dirigentes del PP Piqué y Acebes , que prefieren reparar mucho más en ese retroceso del socialismo antes que en su propia condición de cuarta fuerza catalana, y a la que ha surgido una nueva competencia, los Ciutadans, aunque hayan aprovechado también, junto con votos del PP, antiguos votos del PSC... Ciutadans pudiera resultar la gran sorpresa y el revulsivo que agite el renovado parlamento catalán, y una de las novedades y sorpresas de más incierto porvenir.

*Periodista