Ultimamente vengo siendo reprendido por elogiar los certeros comportamientos que observo en el nuevo PSOE que está configurando Guillermo Fernández Vara en Extremadura. He de decir que me alegro enormemente de las influencias que sus comportamientos y prácticas están teniendo en la Administración regional.

No soy afiliado al PSOE, mis opiniones son, como diría Skinner, operantes. Siento mucho a quienes éstas molesten, pero si observo que el candidato del PSOE a la Junta de Extremadura lo hace bien, obviamente, he de loarlo. En concreto lo que más me agrada de Guillermo es la capacidad que tiene para asumir las críticas u objeciones que se le puedan hacer a sus actuaciones, así como su competencia para integrar estas observaciones ajenas a sus propuestas al objeto de enriquecerlas con las aportaciones de los demás.

Ayer, sin ir más lejos, mostró Guillermo su apuesta por la carrera profesional de los empleados de las administraciones públicas con el objetivo de beneficiar a los trabajadores tanto en el plano económico como en el personal, a través de un reconocimiento a su dedicación, al tiempo que esto suponga un incremento en la eficacia de los servicios prestados a los ciudadanos.

Ahí tenemos un ejemplo de maestría en la integración de criterios que, aparentemente, pueden aparecer como contradictorios; esto es, los de los empleados de los servicios públicos con respecto a los usuarios de estos servicios. A unos les aporta lo que desean, reconocimiento a su dedicación, y a otros les garantiza el incremento en la eficacia en los servicios prestados.

Guillermo, no cambies.

Javier Caso Iglesias **

Plasencia