Cuando mi paisano Diego Parra firmaba un artículo el 24-10-1996 en este periódico titulado "Unas aspiraciones cumplidas a medias: La carretera de la Sardina", no sabía que años más tarde todo aquel esfuerzo quedaría en nada. Se refería este malpartideño a una obra más que sentimental para cientos de jornaleros que dejaron su esfuerzo trabajando en la Sierra de San Pedro. La Carretera de la Sardina uniría la N-521 con la carretera de Badajoz hasta el puente sobre el río Salor (propuesta en la II República, parada en la Guerra Civil, iniciada en los años 50 y concluida por la Junta de Extremadura hace unos años). Está siendo aniquilada por la explotación de una cantera en la inmediaciones del río y el ir y venir de camiones de gran tonelaje procedentes de esta actividad tan perjudicial para el entorno donde está enclavada.

Vemos todos como las autoridades municipales y autonómicas miran para otro lado, y como la carretera y su entorno, tan imponente, va desapareciendo poco a poco engullidos por los movimientos de tierra y los potentes motores diesel de los grandes vehículos basculantes.

Adenex denunciaba esta actividad en el 2007; IU del Ayuntamiento de Cáceres en 2008, esta cantera está enclavada en el término municipal de Cáceres, ¿Qué dice la alcaldesa?, aunque le cae un poco a trasmano. ¿Qué dirían todos los alcaldes malpartideños que aceptaron esta idea desde la II Republica?: Manuel Zancada, Juan Doncel, José Pedrazo, Ladislao Díaz, etcétera.

Por la memoria de todos ellos y la de nuestros padres y abuelos que dejaron parte de su vida en estas tierras no podemos permitir que gente sin escrúpulos destruya nuestro entorno.

Juan M. Doncel Domínguez **

Cáceres