Señor, don Ignacio Sánchez Amor: Tras las últimas declaraciones en diferentes medios de comunicación por la polémica suscitada respecto a la actitud sobre la lengua de Val de Xálima, que todos denominan A Fala a falta de un glotónimo específico, y leer las particulares declaraciones de la vicepresidencia de la Junta de Extremadura, me dirijo a usted en su dialecto del latín con trazas árabes del mismo modo con que el Ejecutivo define mi lengua. Dice de mi dialecto , como ustedes le llaman, que goza de "magnífica salud". Perdóneme que le rebata pero para conocer la salud de mi lengua no se necesitan médicos (filólogos), nos basta y nos sobra para saber qué parte nos duele, y así por mucho que los ajenos a nosotros nos lo digan, apreciamos personalmente muy bien los cambios de la forma de hablar y manejar nuestra lengua por parte de nuestros hijos respecto a la de nuestros mayores, y le puedo asegurar que es deprimente, ya que cada vez nuestra forma de hablar tiende más al dialecto de ustedes (vamos que la evolución hacia el castellano ya empezó hace años).

El interés de los gallegos por nuestra lengua, común a la gallega, nos es algo reciente y nos enorgullece, mientras que la Junta sólo ha reaccionado, y lo recalco, sólo cuando los primeros ya se preocupaban. Señor vicepresidente: no estamos en Irak pero en un símil cultural la actitud de estudiantes y estudiosos gallegos no es más que la ayuda que ofrece la propia ONU a ese país.

Le preguntaría a la Junta de Extremadura y a usted en particular, con todo el respeto del mundo, ¿que ha hecho la Junta desde la llegada de la democracia, que no fue ayer, respecto a nuestra lengua? Le señalo que celebrar un congreso o publicar media docena de libros por parte de Extremadura no nos ayuda o sirve, en absoluto, a salvaguardar nuestra cultura.

Toda ayuda que venga, así sea de Galicia o del confín del mundo, será bien recibida por nuestra parte. Lo que no comprendo, y supongo que el resto de los vecinos de la comunidad del Val de Xálima tampoco, es la ingerencia/interferencia del Ejecutivo en cualquier ayuda desde el exterior para nuestra cultura.

Queremos, y espero se promueva la circulación cultural entre todos los territorios pertenecientes al llamado sistema lingüístico galaico-portugués, del cual no tenemos duda que formamos parte, por mucho que ustedes nos digan lo contrario. Somos nosotros quienes tenemos que decidir el establecer cualquier relación cultural que nos plazca y/o nos beneficie, faltaría más, somos una comunidad adulta que no necesita que nos digan sobre como manejar nuestra propia lengua, y menos los que no pertenecen a nuestro ámbito cultural, y como no los políticos.

Señores, en la esperanza y el deseo de que no actúen como en el refrán del perro del hortelano, con esta pequeña cultura, que hoy que forma parte de la sociedad extremeña, les saluda también muy cordialmente.

Ismael Cano **

Un mañegu