Me ha sorprendido el hecho de que la prensa apenas haya reflejado una información de gran relevancia y es la petición expresa de disculpas de un político español. Las palabras: "Pido disculpas a los ciudadanos por la pobre imagen que a veces transmite la Cámara", pronunciadas por Manuel Marín, presidente del Congreso, adquieren gran valor ya que rara vez son oídas. Debemos felicitar, por tanto, al señor, Marín por haber dado un paso que ennoblece a la clase política. Conductas así, lejos de reducir su cuenta de resultados: los votos , lo que facilitan es el acercamiento a la ciudadanía. Sin embargo, conviene recordar casos análogos como el de Alberto Ruiz-Gallardón, que tuvo la osadía de pronunciar una frase similar en el Congreso del PP: "Algo habremos hecho mal...", lo cual fue considerado un grave contratiempo. Sabedores de que todos somos humanos y que el error es posible, lo lógico es reconocer la conducta o decisión inapropiada, corregirla y continuar trabajando. Apoyemos a los políticos que saben asumir sus errores y pedir disculpas, entendiendo que esta postura no necesariamente tiene que conllevar la dimisión, como la clase política tiende a defender.

La petición de perdón no conduce inexorablemente a la pérdida del cargo, al contrario, nos aproxima a la solución de los problemas.

¡Quédese señor Marín! Este país necesita de políticos de elevadas miras. DEMETRIO GONZALEZ VERGARA. Cáceres