Vi la película que dieron en TV sobre la vida de Michael Jackson. Qué vida, y cómo acabó. Es alucinante lo que su padre les hizo a él y a sus hermanos, aunque fuera con la intención de que lo tuvieran todo en la vida, de que fueran famosos, de que ganaran mucho dinero. Sin embargo, a cambio no tuvieron niñez ni juventud. Yo jamás cambiaría la libertad, lo sentimental, el amor por mis hijos, por tener miles de millones. Personas como Jackson crecen sin nada, sin cariño; todo lo que tienen es material. El artista murió, rodeado de guardaespaldas, un poco ido de la cabeza y con una carencia afectiva absoluta. Mucha gente envidia la vida de esos famosos, pero yo envidio a quienes juegan con sus hijos y les dan lo que pueden; no hace falta que sea oro, solo amor. De eso, hoy en día hay tan poco, que me da pena lo que está pasando con muchos niños y adolescentes. No digo que siempre sea culpa de los padres, pero muchos niños de hoy no conocen los valores morales porque están rodeados de violencia, consumismo y posesiones materiales. Eso provoca que las mentes de esos menores dejen de apreciar cosas como tener una familia y respetarla, respetar a los profesores y a los ancianos, tener un mínimo de educación. Me da vergüenza ver por la tele a personas que deberían mostrar un nivel de cultura alto y son unos zoquetes, vagos e ignorantes. Ahora es mejor liarse con un famoso y contar intimidades. ¿Qué se puede sacar de todo eso? Nada. En la televisión apenas hay programas educativos, documentales y películas que supongan una lección de vida. Deberíamos reflexionar ante lo que está ocurriendo en la sociedad.

Angeles Rosique Labarta **

Correo electrónico