Sociedad con esclavos

Mujeres en un perpetuo invierno

Mireya Maldonado // psicóloga

A veces pienso si el género femenino será un género invernal: nacidas para estar en casa. ¿Y lo de decir que somos menos inteligentes? Sé que a mucha gente le parecerá ridículo que alguien con un pensamiento tan limitado hable de inteligencias menores, pero le comprendo, quizá porque yo también soy menos inteligente.

Así que le doy vueltas a todo para comprender por qué me cuesta entender algunas cosas. Con lo bien organizado que está todo y yo sin entender nada. Y mientras plancho (como soy tan irremediablemente mujer puedo hacer dos cosas a la vez) me da por pensar.

¿Vivimos en una sociedad libre si aún hay esclavos? ¿Vivimos en una sociedad justa si perduran leyes antisemitas? ¿Vivimos en una sociedad igualitaria si las mujeres no tienen las mismas oportunidades ni derechos que los hombres? ¿Hace falta ser esclavo, judío o mujer para luchar por la igualdad? Para hablar de diferencias, ¿no habría que partir primero de la igualdad de oportunidades? Qué sabré yo si incluso en grandes movimientos emancipatorios como el de la Ilustración, la mujer fue, en palabras de Cristina Molina, «aquel sector que las luces no quisieron iluminar». Me viene a la cabeza un pasaje de Diógenes Laercio, donde Teodoro, tras haber sido vencido por Hiparquía en una discusión filosófica, busca vengarse de ella con las palabras: «¿Esta es la que dejó la lanzadera en el telar?», a lo que ella responde: «Soy yo, pero, ¿crees que he tomado una mala decisión sobre mí misma cuando dediqué a mi educación el tiempo que iba a perder en el telar?».

Sin celebración

Congelar la igualdad

Maria Castanyer // estudiante

Seguimos perplejos ante una sociedad que congela la igualdad y aplaude los prejuicios dominados por el sexo, la raza o la orientación sexual. El Día de la Mujer nos llenamos la boca con palabras que reflejan transparencia e igualdad, pero después nada cambia. Perseguir los deseos y acariciarlos con los dedos no es conseguirlos. Algún día los alcanzaremos sin temor a perderlos, y podremos decir, no solo que somos iguales, sino que somos consideradas como tal. Algún día escaparemos de esos machismos latentes que, con recelo, manifiestan la mediocridad y el poco respeto de unos a otros.