Cumplir la ley

Ser democrático

José L. Hidalgo // Jubilado

Lo democrático no es poner urnas sino respetar la ley, aunque algunos independentistas se llenen la boca de democracia y no quieran saber lo que significa, aunque lo saben.

Sin embargo, tratan de convencernos de que sufren una persecución, como al parecer también lo es el 3% y similares. ¿Cómo construiremos un país nacido de la inseguridad jurídica?

Algunos políticos argumentan que el poder dimana del pueblo soberano, pero este se puede expresar libremente gracias al marco legal establecido en nuestro sistema democrático. Mal camino si se actúa al margen.

Aceptar solo lo que nos interesa de la ley no es serio y tratar de implicar a la buena gente tampoco.

El independentismo ha mostrado y muestra músculo, pero no lo es menos que los no independentistas, que asistimos pacientemente a estas demostraciones.

Respetamos el derecho de nuestros vecinos a expresarse en libertad a la vez que cumplimos con nuestras obligaciones profesionales.

Magnífico espectáculo el de alcaldes, funcionarios y políticos apoyando a --con perdón-- supuestos delincuentes dentro de la jornada laboral.

Un ciudadano de a pie se hubiese encontrado con un descuento en su salario y una sanción por absentismo laboral, pero no ocurre con los políticos.

FÚTBOL

Cómo tiene que ser el club más grande

Ángel Andrés Jiménez // Exárbitro

El club de fútbol más grande de la historia no lo será por la importancia de las copas que llenen sus vitrinas sino por otros logros. El más grande sería el que, cuando el equipo rival debe jugar momentáneamente con un integrante menos, decide también jugar con un miembro menos. Lo contrario es aprovechar la propia infracción para sacar ventaja.

El club más grande sería aquel que sancionase (o despidiese) a los integrantes de su plantilla que sean culpables de menosprecios graves a rivales, árbitros o comportamientos como los fingimientos para engañar al árbitro. El club más grande sería el que supiera no echar pestes de los colegiados cuando sus decisiones lo perjudican, para luego callar cuando lo benefician.

Los partidos se ganan o se pierden, pero los gestos de grandeza son gotas de vida para nuestros espíritus. El club más grande debería tener como prioridad que el comportamiento de sus aficionados sea correcto, sin insultos, igual que el de todas las personas que forman parte del club, porque para ser grande, la educación es indispensable. Para ser el club más grande hace falta dejar una huella imborrable, y no hablo de trofeos, sino de la certeza de haber servido para mejorar el mundo.