AVATARES POLÍTICOS

Hijos de Franco, todos

F. Gomis Mas // Barcelona

El escándalo de Luis Llach, presunto ídolo de la libertad, amenazando a los que no sean de su cuerda, quizá pueda hacer abrir los ojos a algunos sobre el verdadero problema español. Durante dos generaciones, todos fuimos hijos políticos de Franco, inmersos de mil maneras en su triunfante nacionalismo. Es decir, en vez del patriotismo solidario, un feroz egoísmo colectivo que, dadas las circunstancias, termina en un sangriento fascismo. Nacionalismo que se disfraza de demócrata cuando lucha contra otro nacionalismo dominante. Así, en el País Vasco ETA sacudía el árbol y el PNV de Arzalluz recogía las nueces. En Cataluña más sutil y eficaz, tras Tierra Libre, un Pujol, Mas. Y en el centro de España, el PSOE sucesor del franquismo --tras el intento continuista de UCD--, no protestó porque le denominara ser de los nuevos «jóvenes nacionalistas», permitiendo, en su debilidad, que gobernara, pudiendo haberlo evitado el PNV y que proclamara ya su independencia el PSC. No menos débil, también el PP contribuyó a que continuaran así las cosas por décadas en el País Vasco y en Cataluña, agravando los nacionalismos de las tres regiones (y, en menor grado, en otras) con un creciente conflicto que nos va debilitando a todos, gobernados por esos lobos con piel de oveja democrática.

LA SITUACIÓN DEL PP

Sé sincero, Mariano

Pedro Serrano // Valladolid

Mariano Rajoy ha animado a los suyos a mantenerse unidos ante la tremenda tempestad judicial que ha provocado su citación como testigo, la detención de Ignacio González y la polémica actuación de la Fiscalía Anticorrupción.

Claro que, intentar animar a los suyos y convencernos a los demás diciendo que «la gente del PP no se porta mal nunca» no sé yo si servirá para mucho, pues, una de dos, o bien Mariano Rajoy es un cínico o nos toma a todos por tontos de capirote.

Si la gente del PP no se porta mal nunca, ¿a qué tanto trabajo de los jueces y los medios de comunicación en el caso Bárcenas y la caja B del partido, en el caso Púnica, en el caso Palma Arena, en el caso Taula, en el caso Lezo y en tan largo etcétera?

Si la gente del PP no se porta mal nunca, ¿por qué tanta falta de colaboración con la Justicia y tanto empeño en ponerle zancadillas?

Si la gente del PP no se porta mal nunca, ¿por qué intenta instrumentalizar a jueces y fiscales? Si la gente del PP no se porta mal nunca, ¿por qué tiene en su haber centenares de imputados por corrupción?