EL NUEVO YOYÓ

Juguetes adictivos

Aitor Fusté // Monitor

Como monitor de escuela y entrenador de baloncesto en equipos de primaria, me sorprendió ver a un par de mis alumnos jugando con el spinner, un juguete que dicen que es relajante y que se ha convertido en la nueva moda de los niños de primaria y secundaria; es el nuevo yoyó o la nueva peonza.

A diferencia de estos, su utilización en el aula es mucho más discreta y puede ser un nuevo generador de distracciones. Incluso empezar un entrenamiento, seguramente más motivador para ellos que una clase de matemáticas, puede llegar a ser complicado debido a la adicción que provoca jugar con el spinner, y a la vez poder enseñar y demostrar nuevos trucos a los compañeros.

PORTUGAL

Fátima, fado y fútbol

Manuel Sánchez // Fátima

Las tres efes de Salazar se recuerdan ahora. La primera, el fado. Ya se ha despojado el fado de su supuesto fascismo, ya que hay fadistas y fados de cualquier color político y muchos cultivadores que ni saben quién fue Salazar. La segunda, Fátima. Las apariciones las dejo aparte, pero el papa Francisco ha hecho que Fátima no sea ese símbolo conservador o reaccionario casi preconciliar; se resume en esto: «La Virgen de Fátima no es una santita de gracias baratas». En cuanto al fútbol, no diré nada que no se sepa ya. En esto, Portugal es como España, pero sin los odios territoriales.

SUBIDA DE PRECIOS

El negocio de Fátima

Diego Mas // Madrid

La prensa ha destacado el enorme negocio realizado en Fátima por los comerciantes con la visita del papa Francisco, en donde un artículo de primera necesidad como el alojamiento ha llegado a subir un tres mil (3.000) por cien.

Se dirá que la culpa es de los particulares. Pero ¿qué ocurriría si la Iglesia recomendara con su sello bien visible, como hacen otras asociaciones, a los comercios y hoteles que no explotan a los clientes?

No lo hace, convirtiéndose en colaboradora de ese «sacrificio» de sus peregrinos que, siendo así después más pobres, adquieren aún más méritos para el cielo.

Y los comerciantes, así enriquecidos, darán cuantiosas «limosnas» y apoyo «moral» y político a esa Iglesia.

Negocio, pues, redondo para todos los implicados que, milagros aparte, explica su éxito centenario.