MAYOR CONTROL

Publicidad engañosa

Víctor Mengual Arrufat

Al entrar en la barbería de Antonio, me saludó y me dijo:

—¿Ha visto este jodido Gobierno que en vez de mirar por nuestros intereses lo hace por los de las empresas y multinacionales que promocionan la publicidad engañosa?

—¿Por qué dices eso, Antonio? Vamos, explícate, le contesté a mi peluquero.

—¡Usted verá! Si tengo o no tengo razón. Le cuento: Estoy harto de ver en la televisión potingues y medicamentos que lo curan todo. Cremas que quitan la celulitis en dos días o te rejuvenecen en cuatro, pastillas que te hacen crecer el pelo con una melena digna de los Beatles, pastillas que te curan las dolorosas artritis y artrosis dándote la agilidad de cuando teníamos 20 años, promociones de casas de apuestas que te hacen picar al avalarlas multimillonarios futbolistas, plantillas milagrosas que hacen correr a un inválido un maratón, etcétera, etcétera, ¿para qué voy a detallar más? si todos las vemos en la televisión durante todos los días del año.

Antonio hizo un paro, retomó aire y siguió:

—Yo pienso en que alguien debe asegurarse de que esos «milagros» que prometen sean reales o que se prohíba emitirlos. Y, por supuesto, ese alguien debe de ser el Gobierno que dispone de todos los medios a su alcance, como son laboratorios, universidades, sanidad, etcétera para poder garantizar que no se produzca la publicidad engañosa. Es el mismo Ejecutivo que nos gobierna y nos masacra a impuestos, el que tiene la obligación de hacer cumplir las promesas que brindan alegremente esas empresas. El Código penal dice que se delinque por acción o por omisión, por lo que si no se controla esa publicidad, es el propio Gobierno el que por dejadez y/o negligencia de sus funciones, nos estafa todos los miles millones que esas empresas nos roban.

—Es así de sencillo, me dijo Antonio. Nada más tiene que ponerse enfrente de la televisión cualquier día e ir anotando todas las propagandas que no tienen ni pies ni cabeza y que, en muchos casos por necesidad, compramos. Míreme usted, a mí se me cae el pelo y esta marca me aseguraba que lo recuperaría en dos meses pero, eso sí, previo pago de un carísimo tratamiento, y después del gasto efectuado a tocateja.

Debe de haber alguien que vigile que las cifras millonarias que nos gastamos de nuestro dinero en nuestras compras, tenga alguna garantía de no ser enviado directamente a los bolsillos de multinacionales con la connivencia de nuestros gobernantes. Debe asegurarse que sea una contraprestación y no una estafa.

Yo vi que si, cuando la crisis, nadie pudo controlar y prevenir el desmadre de las cajas y, ni siquiera, las instituciones creadas para controlar ese tipo de desmanes lo hizo: El Tribunal de Cuentas, La Intervención Gral del Estado, la AEAT, el Banco de España nadie se enteró de nada pues dormían una placentera y eterna siesta. Es por lo que entiendo que el engaño continuado que nos hacen esas multinacionales expertas en el asalto a nuestros bolsillos, sea una nimiedad para un Gobierno, también experto en meternos las manos en los bolsillos y que dice que: «no entra en dimes y diretes».