FRANJAS HORARIAS

Los anuncios de preservativos

Pedro Moreno Navarro // Solteras (Sevilla)

Los niños deben estar férreamente protegidos ante los contenidos inadecuados, y los contenidos de estos anuncios lo son. Son inadecuados, perniciosos, propensos a potenciar un interés y una curiosidad en los niños --que existen instintivamente--, fuera completamente de lugar. No es adecuado provocar que un niño de cinco o más años nos pida que se le explique qué es un preservativo o qué es un gel potenciador del placer según oye. Inadmisible.

Estos anuncios tienen presencia en la radio a horas en que muchos niños están desayunando o a punto de presenciar en familia un telediario; o en las pausas publicitarias de películas emitidas en horas tradicionales de sesiones infantiles, películas para todos los públicos teóricamente.

También habría mucho que decir de escenas, más que eróticas, que se ven en tantas películas que se emiten a esas horas, e incluso a horas tempranas de la noche, anuncios de colonias arto procaces, etcétera.

La protección de los niños pasa por no aceptar ningún tipo de ligerezas. En los medicamentos y productos químicos se advierte: «mantener fuera del alcance de los niños».

Y el daño de la permisividad sexual es más difícil de entender para un niño que el peligro de un veneno.

ENTRE LOS JÓVENES

Ecologismo urbano

Miguel Ángel Loma Pérez // Sevilla

Si hiciéramos una encuesta entre la juventud española sobre su actitud respecto al cuidado de nuestro entorno natural, la limpieza, el ruido, la ecología, etcétera, es seguro que la inmensa mayoría de nuestros jóvenes, por no decir la totalidad, se definirían como acérrimos defensores del medio ambiente. Y no serían pocos los que se manifestasen dispuestos a ofrecer parte de su tiempo en labores relacionadas con esa defensa, incluso sin retribución económica. Pero a quien no viva al margen de lugares de la ciudad donde se suelen concentrar jóvenes espontáneamente, no le cabrá duda de que todos esos generosos sentimientos y desprendidas adhesiones, tan propiamente juveniles, chocan con la incoherencia de la realidad entre lo que dicen y lo que practican cuando se refiere a esos ámbitos. Porque allí donde exista una concentración de jóvenes con un mínimo ambiente festivo, por muchas advertencias que se les hagan sobre el uso de contenedores, papeleras y depósitos de residuos, cuando abandonan el espacio que ocuparon lo dejan «adornado» por toda clase de envases, papeles, desperdicios y las más variadas basurillas.