Comparación jurídica

Évole y la ruina moral en Cataluña

M. G. Jorba Obiols // Barcelona

La ruina económica, tan visible ya en Cataluña, no es la peor. Para mí es aún más visible y dañina, además de influir tanto en lo anterior, la cada día mayor ruina moral de personas que antes apreciaba. Hoy me duele oír que Jordi Évole denuncia como doble vara de medir el que los asaltantes de la librería Blanquerna estén en la calle y dirigentes independentistas en la cárcel.

Por supuesto, no apruebo lo de Blanquerna: pero aquello fue una algarada de unos particulares sin graves consecuencia, al contrario de lo que tantas veces hacen los separatistas. Es decir, resultaría ridículo si no fue indignante el que se le intente comparar con los gravísimos y repetidos delitos de los separatistas encarcelados, que llevan tiempo amenazando y causando destrozos a la mayoría de los catalanes, siendo ellos máximos cargos oficiales, es decir, de todos.

Sólo estoy de acuerdo con Évole en que «al final serán los valientes los que pongan freno a todo eso»; pero no en el sentido que lo hace él, echando más leña al fuego que nos quema a todos, al incitar a los delincuentes y a sus secuaces a que empleen aún más violencia, a que rompan aún más las leyes y nos aprisionen todavía más a la mayoría, que reclamamos recobrar del todo nuestra libertad democrática. Periodistas como Évole, junto con tantos políticos, son los máximos culpables de la tragedia que nos divide y arruina moral y económicamente.

EN ESTADOS UNIDOS

La salud mental

Fermín Espinosa // Madrid

El presidente de EEUU ha dicho que el asesinato de 26 personas en una iglesia es un problema de salud mental, no de armas. El que en su país haya más armas en manos de civiles que habitantes; que EEUU emprenda acciones bélicas en el mundo entero, para las que (de) forma mentalmente a militares como el asesino, y esté bajo el mando supremo de un nacionalista tan desequilibrado y agresivo como ese presidente deja claro que su problema principal (y por sus consecuencias, para el mundo entero) es el de su mentalidad agresiva, que le lleva con una frecuencia desconocida en otras latitudes a esos asesinatos en serie de individuo y guerras por parte de sus dirigentes, dotados de un armamento sin parangón con ningún otro país.