FEMINISMO

Nuestra lucha no ha terminado

Siham J. Korriche // Politóloga

Cena de Nochebuena en familia. Yo llegaba de un viaje y les hablé de mi experiencia y de mi última exposición sobre las cuotas de género. ¡Uf! En cuanto salió género, salió feminismo y yo ya sabía lo que se me venía encima. El feminismo ha cambiado mi vida. Me ha ayudado a empoderarme, me protege, es un chaleco antimachismo. Con esta convicción tan interiorizada podrán imaginar cómo me afectó este comentario: «¿Y qué pasa con los hombres que sufren acoso? Las mujeres también gritáis cosas». ¿Qué? Cena arruinada. Da igual que explicara que el porcentaje de mujeres que reproducen esas prácticas es insignificante; da igual que hablara de feminicidios y violaciones. Todo daba igual, porque la mía no era más que una opinión, y todas las opiniones debían ser respetadas aunque fueran machistas. Ante tal panorama me fui a mi habitación.

He leído que el 2017 ha sido el año de las mujeres, que estamos más empoderadas, que denunciamos el acoso, que reclamamos el espacio público. Da igual. Debemos seguir trabajando duro. Nosotras ya hemos decidido que no hay vuelta atrás, pero ellos no, ellos quieren seguir jugando con las viejas reglas. No sé lo que nos deparara el 2018, pero tengo claro que seguiré luchando y discutiendo con amigos, familiares, conocidos o desconocidos. Lo ilustra muy bien la frase que un colectivo feminista publicó el día de Navidad: «Amigas, hermanas, es nuestro deber arruinar las cenas familiares con nuestras opiniones». Me sequé las lágrimas y regresé a la cena familiar.

MASCOTAS

De cosas, nada

María Francisca Ruano // Cáceres

Las leyes suelen ir delante de los hechos. Se cambia la ley, pero la costumbre es más difícil o prácticamente imposible. Hay partidos animalistas, artículos en la protección animal, asociaciones de pueblos y ciudades que vigilan, denuncian, multan ciertos malos tratos o crímenes hacia toda clase de seres irracionales en manos de seres racionales. Se habla de todo esto cada vez más alto y cada vez más claro. Ahora, en los hogares con un divorcio y con mascota serán los jueces quienes pongan cierto orden. De cosas, por lo visto, nada de nada. No somos cosas, han decidido judicialmente al fin. Antes lo expresaron todos quienes han dedicado décadas de su tiempo y de su voz para manifestarlo en la sociedad civil de mil maneras y sin desánimo ninguno. Soy un Schnauzer negra adoptada, soy agradecida y soy ese amanecer, ese alba, la aurora cuando ella me mira como la estoy mirando.