SOLUCIONES

El aborto

Juan Gómez Vadillo // Madrid

Se quejan las clínicas de abortos que a sus puertas se concentran grupos antiabortistas repartiendo sus folletos e intentando impedir que entren las pacientes «porque van a cometer un asesinato». La solución es muy sencilla: ejerzan ellas también su libertad de expresión y concéntrense ante las iglesias folletos e intentado impedir que se entre. Aclaren a los ingenuos que ya Jesús, que nunca vivió de impuestos, denunció a quienes convertían su templo en una cueva de ladrones, y que ahí dentro van a intentar robarles con el falso milagro de que poniendo una cruz en su declaración de la renta no van a pagar más cuando, sacándose el impuesto «religioso» del total de los impuestos, no sólo van a tener que pagar ellos, sino que obligan a los demás a pagarlo, haciéndose cómplices de esa estafa.

LOS INMIGRANTES

Pavor a respirar, la otra realidad

Miguel Fernández-Palacios // Madrid

Imagine que cada día que se levanta lo hace con miedo. Miedo cuando sale a comprar el pan, a tomarse una caña, a llevar a su hijo al colegio, a ir al médico, a estar en su trabajo... Impensable ¿verdad? Lo que para nosotros es inimaginable por intolerable, es el día a día de muchos inmigrantes en España.

A pesar de que algunos llevan varios lustros aquí, continúan sin papeles. ¿Cómo es posible? Carecer de documentación les imposibilita tener un trabajo legal y los arroja en brazos de las mafias que los explotan. Así, mientras tratan de sobrevivir en el estrecho margen de la economía sumergida de subsistencia, son perseguidos y están aterrados por si les requisan el género con el que sobreviven. Además, la ley mordaza los criminaliza con penas desproporcionadas de dos años de cárcel y su expulsión. Un fracaso de nuestra sociedad con quienes solo buscan, como cualquiera, ganarse la vida. Como bien dicen y sabemos: ni sobrevivir es delito ni ningún ser humano es ilegal.

NUTRICIÓN

La comida real

Rita Rodríguez // Barcelona

Muchas cadenas de comida (McDonald’s, Starbucks y Subway) se han convertido en menús diarios para jóvenes y familias. Algunos, por falta de tiempo para cocinar, otros, por razones económicas, y muchos otros por falta de tiempo para invertir en la cocina. Y así nos olvidamos de la importancia de la comida real que, aunque en algunos casos implique un poco más de dinero, nos permite adquirir todos los nutrientes y vitaminas que el cuerpo necesita. Estar en la cocina no es un sinónimo de perder el tiempo, ya que muchas comidas se pueden hacer en menos tiempo del que se pierde en la cola de un McDonald’s.