LA EDUCACIÓN

Buenos modales

Alicia Oliva // Soria

¿Estamos perdiendo los modales? Cada día me encuentro con la misma situación cuando salgo a pasear. Por el camino me encuentro con muchos vecinos de mi pueblo (de cualquier edad) a los que saludo amablemente con un «¡buenas tardes!». Para mi sorpresa, tan solo unas 5 personas responden a mi saludo, de unas 20 con las que me cruzo.

¿Qué es lo que sucede? Supongo que algunos, al no conocerme demasiado, no se fían de mí y deciden no responder. También imagino que a otros no les caigo bien por cualquier razón que desconozco. La última opción que me viene a la mente es que no sea yo la culpable de esa falta de cortesía y el problema sea la pérdida de modales que estamos experimentando últimamente.

Me doy cuenta de esto también cuando entro a un supermercado e incluso las dependientas evitan el saludar a los clientes ¿Acaso no es uno de los puntos más importantes de la atención al cliente? Parece ser que la mala educación se ha normalizado y ya no sorprende a nadie.

Es posible que nos hayamos acostumbrado al mal ejemplo que se da en algunos medios de comunicación cuando algunos personajes públicos se comportan de forma grosera y zafia.

Los modales son una cuestión elemental y mundana a la que hay que dar importancia. Podría ser una buena idea crear una asignatura sobre «comportamiento y educación» para que así las nuevas generaciones aprendan a dar valor a lo que otros han dejado de lado.

EL PURITANISMO

El pipí de Trump

Antonio Beltrán // Madrid

«Sexo, no. Somos ingleses». El peor puritanismo inglés se trasladó a la élite dirigente estadounidense como el elemento preponderante y casi exclusivo de su moral. Así lo sufrimos el caso que hizo temblar a Clinton sobre si hay otro sexo que no sea coital, y ahora en la tormenta respecto al pipí de Trump a su pareja, o al revés, o con una democrática alternancia; y esto, encima, encima de la cama… de Obama.