Cariño y respetoa nuestros mayores

El número de personas mayores ha experimentado en España un espectacular ascenso en las últimas décadas y las necesidades que de ello se derivan nos hace reflexionar sobre determinados comportamientos que mueven la práctica de algunos centros, en este caso del Hogar de Mayores de la avenida de la Vera de Plasencia.

La dignidad y el respeto, valores que creo elementales y necesarios para lograr la armonía de los cuidados a nuestros mayores, dejan mucho que desear en la práctica habitual por parte de la directora de este centro, presididos en cambio por el exceso de órdenes, acatamientos, castigos y amenazas (con expedientes incluidos si alguien le lleva la contraria). Hace escasos días, mediante comunicación urgente y acuse de recibo, apoyada por su nueva e incondicional junta de gobierno, amonesta a un socio sin motivo justificado, por el supuesto hecho de no acatar su esposa unas estrictas normas que sólo se exigen en este hogar y que ninguno de los mayores comparte, como es la de presentar obligatoriamente el carnet para participar en uno de los juegos de ocio (bingo). Una veintena de firmas avalaban la comunicación remitida a la consejera al considerar el acuerdo totalmente injustificado.

Nuestros mayores, hombres y mujeres, cuentan con un gran bagaje en la vida y una amplia reserva de leyendas interesantes. Muchos son de la postguerra española, los que pasaron hambre, sufrimientos, trabajo duro... Por eso, ahora en estos tiempos, no viene mal echar mano de estas personas, por su experiencia, por su vitalidad, su afán de romper esquemas (o normas) trasnochados y sin sentido; estos valores y muchos más son los que debemos compartir. Debemos ayudar a nuestros mayores tal como son. ¿Cómo ayudarles? Por supuesto que no mediante exhortaciones, reproches y amenazas, sino aceptándoles verdaderamente como son, con sus límites, con sus recursos, pero sin tratarles como a muñecos irresponsables. ¿Cómo se consigue eso? Practicando la tolerancia, trabajando con ellos, descubriendo y aprendiendo con ellos, tomando conciencia de que nuestros mayores necesitan protección y respeto.

HELENA RUBIO GONZALEZ

Plasencia

Agradecimientoal Materno-Infantil

Es nuestra intención, con estas líneas, agradecer públicamente las atenciones recibidas durante la hospitalización de nuestra hija María en el Materno-Infantil de Badajoz

Creo que es lo mínimo que podemos hacer después de presenciar la profesionalidad de todos y el cariño y palabras de ánimo de muchos.

Nos gustaría que estas letras sirvan de pequeño estímulo a todos aquellos que desempeñáis la difícil labor de velar por la salud de los demás y animaros a que, frente al enfermo, le miréis a los ojos, le llaméis por su nombre de pila y le tratéis en esos minutos como si fuera el único paciente del hospital.

Sinceramente, gracias.

M. VELAZQUEZ Y M. L. GONZALEZ

Badajoz

¿Involuciónantifranquista?

Da pena comprobar que, con motivo del 25 aniversario de la transición, los medios públicos y radiotelevisivos, especialmente, sigan ofreciendo informaciones sesgadas de una etapa que ya es historia. De manera unilateral, a veces sectaria y, en todo caso, incompleta.

Una respuesta puede estar en Pío Moa, en un reciente libro: "La historiografía debe reconocer que aquel régimen, con todas sus faltas..., salvó ciertamente al país y a la sociedad desde casi todos los puntos de vista. Es más, lo que tiene de estable la democracia actual se lo debe a la herencia franquista; y lo que tiene de inestable (terrorismo, oleada de corrupción, poder judicial...) mantiene el sello del antifranquismo, el cual ha evolucionado harto menos de lo deseable".

Esta involución creciente se vuelve contra los detentadores de ese poder radiotelevisivo público, que no sirve a las instituciones supremas del Estado, que brotaron del franquismo.

La saga de los enanos no ha pasado. El daño para la sociedad civil puede ser fuerte. Por faltar el sentido de la verdad y de la historia. Importa el futuro.

JESUS LOPEZ MEDEL (Miembro de la Real Academia de Doctores)

Madrid