Bien por la policía local

El jueves, 17 de enero, sobre las siete y cuarto de la tarde, presencié un accidente de circulación en la avenida Virgen de Guadalupe de Cáceres. Me sumé a un grupo de curiosos y pude ver que un chico joven, conductor de un ciclomotor, se encontraba tendido en el suelo.

Al instante empezaron a sonar sirenas, y al momento se personó en el lugar una dotación de la policía local. Como siempre fueron los primeros en llegar al lugar, interesándose inmediatamente por el estado del herido, cortando la calle al tráfico y haciendo las llamadas pertinentes para que el suceso se desenvolviera de la mejor manera posible. Acto seguido se personó el equipo de Atestados de la policía local, que se hicieron cargo del accidente, y la ambulancia que hizo lo mismo con el herido, al que atendió de manera rápida y eficaz en el lugar de los hechos. En pocos minutos se personó la grúa municipal que retiró de la calzada el ciclomotor siniestrado.

Al grupo de curiosos se fueron sumando más personas y un fotógrafo de este periódico que hizo algunas fotografías del accidente.

Me viene una sensación un tanto olvidada, por mis años de liberado sindical, del trabajo que realiza la policía local, no siempre valorado como se merece y algunas veces criticado en exceso por personas que desconocen la labor tan importante que realiza este colectivo de profesionales en nuestra ciudad.

El jueves fui testigo, como una más de las personas que nos encontrábamos congregadas, de la rapidez, eficacia y profesionalidad de la policía local, del quehacer de Eloy, Gerardo, Paco, Miguel y esos otros compañeros que se encontraban regulando el tráfico en la confluencia con la calle Viena, a los cuales no pude ver.

Ayer fueron éstos, mañana serán otros, un sobresaliente para todos ellos.

*Antonio Fajardo Chaves, agente de la Policía Local de Cáceres (Liberado Sindical CSI-CSIF)

Buen hacerde la hostelería

Por motivos de trabajo me desenvuelvo habitualmente por la zona centro de Cáceres. Hasta el año 2002 tuve la oportunidad de cotejar el esfuerzo de los comercios y restaurantes de dicha zona (San Pedro, Pintores, Moret, etcétera) para ponerse al día en mejorar la atención al público y la calidad de sus productos. Esta actitud contrastaba con algunos errores que como ciudadano percibí y reseñé en la prensa.

En estos años han sido frecuentes los desayunos --y en ocasiones algún aperitivo y almuerzo-- en el Mesón San Juan, en Sabor a Mistura, Adarve, Figón de Eustaquio y últimamente en el Horno cacereño. Desde aquí quiero agradecer el esfuerzo que se percibe como ciudadano por contentar y servir al cliente, en concreto desde el sector de la hostelería.

Con la suma de pequeños detalles se han conquistado grandes logros; presentación de los platos, variedad en la oferta gastronómica, servicio ágil y respetuoso con el cliente, etcétera. Aspectos todos ellos que suponen un paso más hacia la consecución de la tan ansiada Capitalidad Europea de la Cultura en 2016. Esta es la imagen que nos interesa dar dentro y fuera de nuestras fronteras.

*Rafael Robina Ramírez (Cáceres)

Al gerente del hospitalde Plasencia

Me dirijo a usted para hacerle partícipe de que, a pesar de los momentos delicados que hemos pasado con el fallecimiento de nuestra madre, tenemos que manifestarle la gran satisfacción que sentimos por el trato humano y médico recibido en todo momento.

Por ello, queremos que haga llegar a todo el personal de la planta 5. nuestro agradecimiento; a los auxiliares, enfermeras y médicos, por su calidad profesional y humana.

*Matilde y Pedro García (Oliva de Plasencia)

Son como niños

A veces no puedo evitar comparar los comportamientos de nuestros políticos con los de los niños y adolescentes. Y es que, igual que los niños, nuestros políticos también forman pandillas, tienen líderes, se insultan, son imprevisibles, a veces son irresponsables, no te puedes fiar de ellos, no ven los peligros, se creen que lo saben todo, no reconocen los errores, te hacen reír, te dan disgustos y no hacen los deberes si no estás siempre pendiente de ellos- Incluso hay algunos, como el derrotado Ruiz Gallardón, que si no les dan lo que quieren se enfurruñan, gimotean y se niegan a seguir jugando.

¿No les pasa a ustedes lo mismo que a mí? ¿No ven en nuestros políticos conductas infantiles que deberían tener superadas? Si somos sinceros, yo creo que las personas nunca abandonamos del todo algunos comportamientos infantiles; lo único que aprendemos con el tiempo es a disimularlos con mayor o menor acierto.

*Pedro Serrano Martínez (correo electrónico)