TRABAS A INQUIBA

Nadie es profetaen su tierra

Fermín Leiras del Pozo

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Ayer estuve haciendo con mi hija un trabajo sobre Guareña que le habían mandado en su colegio.

Uno de los apartados que teníamos que rellenar era el de la actividad económica. Entramos en la página del ayuntamiento y nos encontramos con que la descripción que hacía de la actividad económica podría ser la misma que la de hace 25 años, si no fuera por el detalle a destacar de la industria Agroalimentaria. ¿Para qué mencionar una industria química como Inquiba, una fábrica de productos de aseo? Hace menos de un mes el alcalde dijo en un pleno que Juan Carmona Estévez , propietario de Inquiba, "tenía la suerte de poder tener contratados a 160 empleados". Ahora al trabajo se le llama suerte. Los más de 25 años de dedicación familiar al desarrollo y potenciación de la empresa, así como los riesgos que la familia ha asumido para poder realizar las continuas inversiones, todo esto es suerte.

Si buscamos en Google Inquiba encontramos una mención de cuando Juan Carmona recibió el premio de empresario del año, de el Periódico Extremadura, artículos en el Cinco Días , inauguración de las distintas ampliaciones, la visita reciente de la comisaria europea, la referencia de lo que supone esta empresa a nivel nacional. En estos momentos Inquiba está buscando un almacén temporal. Una de las naves que estuvieron mirando quedaba dentro del pueblo y ha habido algunas protestas vecinales. Estas protestas llegaron hasta el mismo pleno del ayuntamiento donde la intervención del alcalde es que él "hará todo lo posible para que eso no se pueda llevar a término". Algunos vecinos dicen que se oponen a la utilización de esas naves porque se convertiría la calle en una paseo de camiones, una postura claramente lógica y natural, pero hay vecinos que afirman que es que en Guareña hay más casos de cáncer que en ninguna otra localidad, que entre las empleadas los casos de abortos son mucho más frecuentes y que los hijos de los trabajadores nacen, en gran medida, con malformaciones físicas, entre otra serie de barbaridades. A Inquiba se le negó la posibilidad de que sus terrenos se calificaran como de interés social ya que el límite de la última ampliación del polígono industrial termina justo donde comienza el terreno de la empresa.

A mí me gustaba mucho Ibarra porque decía verdades como puños aunque supusiera todo un aluvión posterior de críticas. Y a nivel nacional tenía muchos admiradores por esto mismo. Y en un pueblo de 7.000 habitantes, su alcalde hace equilibrios entre piedras para no caer en el fango.

DEFENDER LO PRIVADO

Entiendo a Telma Ortiz

Ignacio Caballero Botica

Correo electrónico

En los tiempos que vivimos existe una férrea legislación en referencia a la Protección de Datos; las empresas y personas particulares se enfrentan a severas sanciones si no gestionan correctamente o hacen mal uso de los datos personales de sus empleados y/o clientes.

Como ciudadanos, las garantías sobre nuestra intimidad y honor están protegidas a nivel legal como nunca antes; como consumidores podemos reclamar prácticamente por todo y se ha creado toda una industria de abogados de familia que, llegado el caso, se enfrentarán entre sí.

Hoy en día el azote de antaño que yo protagonicé en mi proceso educativo, está considerado delito. Mi biografía en el patio del colegio sería hoy suficiente material para un expediente por bullying y dentro de poco podremos registrar derechos de autor por nuestro tono de voz.

Con esta corriente legal destinada a proteger nuestra intimidad e integridad física... entiendo perfectamente a Telma Ortiz. La vida privada, que con tanto celo defendemos cada uno de nosotros con el amparo de la ley, no debería ser avasallada por esos pseudoperiodistas que tienen que rellenar huecos programas de televisión hablando de rumores, chascarrillos y pensamientos en voz alta que no rozan el ridículo... le pasan por encima.

RESPALDO DEL TRIBUNAL

La Ley de Violencia de Género, constitucional

M. Dolores Martínez Cano

Trujillo

Recientemente el Tribunal Constitucional ha avalado las medidas penales de la Ley Integral contra la Violencia de Género. Ha sido un importante respaldo a leyes avanzadas y correctoras de una sociedad patológica, aquejada de muchas dolencias: la frivolidad y la moralina que nos invaden siguen haciendo que todo sea más difícil para aquellas mujeres que toman la riendas de sus propias vidas. Aquellas se atreven a vivir como quieren y con quien quieren. La sociedad las señala, acusa y sanciona impunemente por reglas que no pasan por tribunales constitucionales como las leyes. Despegarse de lo que se espera de nosotras, la libertad y la autonomía para la Igualdad nos sigue saliendo muy caro a muchas. Nos reunimos en las puertas de los ayuntamientos para mostrar nuestra repulsa ante una víctima del terrorismo etarra y pasamos casi de puntillas ante una víctima del terrorismo afectivo no vaya a ser que tengamos que decidir si vivir muertas o morir viviendo. Como dijo un escritor "hay que atreverse a perder el rostro, pero precisamente por haber dado la cara".