NO ES CUESTION DE LEYES

Tabaco o educación

Diego Algaba Mansilla

Badajoz

No voy a escribir sobre el mal que produce el tabaco en la salud, porque ya lo han hecho profesionales sanitarios, tampoco voy a escribir sobre dónde termina la libertad individual y comienza la colectiva porque filósofos, e ideólogos políticos han hablado y escrito sobre este tema.

Quiero escribir sobre mi relación diaria con el tabaco.

No fumo, ni nunca lo he hecho, me molesta el humo, pero a pesar de estar tan alejado mentalmente de él, conozco a la perfección su sabor desagradable y su olor rancio, y aunque ya estén lejanos aquellos años que salía por la noche a los bares de la ciudad regresando a casa con la ropa impregnado del olor a tabaco,y masticando la pastosa textura del humo y sus alquitranes, sigo manteniendo relación con ese repugnante sabor a diario.

Cada mañana desayuno en la cafetería que hay junto a mi trabajo, disfrutando de esos veinte minutos que prolongo hasta la media hora. Cuando estoy en mis 20 minutos de descanso con un humeante café con leche en la barra y una tostada de aceite de oliva en la mano, alguien se coloca a mi lado transformando el placer del momento en un martirio desde el instante en que enciende un cigarro o un puro expulsando su boca el fétido humo en todas las direcciones sin pudor. No creo que ningún gobierno tenga que regularizar estos comportamientos en una ley, igual que no hay ningún decreto prohibiendo no estornudar encima de quien tienes frente a ti.

Como este texto se está alargando otro día contaré lo de mi vecino del cuarto, al que le aparecen unas ganas incontrolables de encender un cigarro cuando cruza la puerta de ese espacio tan reducido que es el cajón ascensor.

AGRADECIMIENTO

Al colegio público

Francisco Pizarro

Alicia Rivero Campa

Cáceres

Desde estas líneas quiero mostrar mi reconocimiento y agradecimiento a los maestros del colegio público Francisco Pizarro que se embarcan cada año en la ardua tarea de prepararle a los alumnos de sexto curso una despedida que no van a olvidar y que los chiquillos disfrutan desde los primeros preparativos --que no son pocos-- hasta que bajan del autobús ya de regreso. Sobre todo mi admiración por quienes tienen el atrevimiento de montarse en ese autobús con veinte o veinticinco niños de once o doce años y lanzarse a la aventura de pasar con ellos cuatro días de diversión para los pequeños y de mucha responsabilidad para ellos. Con los tiempos que corren no todo el mundo se embarca en esta tarea, pero nosotros tenemos la suerte de haber dado con un equipo educativo y sobre todo humano que hacen que nuestros hijos puedan disfrutar de unos días de diversión con sus compañeros y maestros antes de dejar su colegio.

Por todo ello, desde aquí quiero mostrar mi agradecimiento y que sigan así, que es lo que hace que este colegio sea como es y que los que elegimos este centro para nuestros hijos estemos encantados con la educación y conocimientos que van adquiriendo basados en la tolerancia, igualdad y respeto a los demás. Una vez más gracias a todo el profesorado del colegio público Francisco Pizarro.

A SETENTA EN LA M-30

El señor de los radares

Ignacio Caballero Botica

Correo electrónico

No importa que tu coche tenga doscientos caballos, cincuenta o cien. Es indiferente si tiene aire acondicionado, ventilador de ventanilla o climatizador de última generación. Da igual si su piel es metalizada, cromada en plata o retocada con pincel a mano. No notarás si las llantas son de aleación, tapacubos en oferta o simplemente un hueco negro en el relleno de sus ruedas. Los frenos antibloqueo de nada sirven en esta situación, ni los amortiguadores de máxima fiabilidad tampoco destacan por ningún sitio.

Qué mas da si tienes GPS, el mapa doblado en la guantera o las indicaciones en una hoja de libreta a cuadros.

Porque cuando entras en un túnel de la M-30 con limitación de velocidad y radares por todas partes, todos los coches quedan igualados por la democrática amenaza certera de una posible multa.

De pronto todos van al mismo ritmo... a setenta. Un radar para dominarlos a todos.