HOMENAJE A UN MAESTRO

Gracias, Azabal

Angel Cerrillo Martín

Cáceres

El sábado 23 de agosto de 2008 no lo olvidaré nunca. Ante el cese de mis funciones de maestro en esta localidad, todo el pueblo me esperaba en la plaza para, en un acto muy emocionante y sorpresivo, despedirme ante mi inminente marcha para seguir desempeñando mi profesión en Cáceres.

Durante este acto pasaron por mi mente muchos recuerdos. Recordé a todos mis alumnos, desde los mayores del principio (Oscar Alonso, Oscar Talaván, Rodrigo y Miguel Angel) hasta los más pequeños del último curso (Alejandro, Nerea y Pablo).

No pude contener en algunos momentos las lágrimas al ver a tanta persona junta alrededor mío. Además de toda esta buena gente, estuvieron presente mi mujer y mi hija, parte de mi familia de Cáceres (mi hermano Javier y Rosalía) y de Holguera (María Jesús, Manolo, María José, Ana y Lucía). No pudieron estar presentes mis hermanos Enrique y Guadalupe, pero a los que más añoré fue a mis padres que también fueron maestros durante muchos años y que por cuestión de edad no pudieron acompañarme.

Me dirigieron unas palabras mis alumnos, se me entregó una placa alusiva de manos del señor alcalde y se proyectó un montaje con las fotos de estos diecinueve años de estancia en esta pequeña pero bonita y acogedora localidad que es Azabal. Seguidamente se obsequió a los presentes con unos pinchos y muchas tartas.

Estos momentos son los que verdaderamente hacen agradable esta bendita profesión.

No quiero dejar de dar las gracias a todo los que me acompañaron: alumnos, padres y madres de alumnos, familiares, amigos, compañeros, corporación municipal y a todos los que han colaborado para organizar este acontecimiento. (Raquel, te debo una).

Un abrazo a todos. No os olvidaré.

LA EDUCACION DE LOS HIJOS

Ante un nuevo curso

Natividad Fragua

Correo electrónico

El verano está a punto de acabar, septiembre está aquí. El trabajo, el cole de los niños, los madrugones y los atascos se avecinan.

Me gustaría pedir a los padres que se enfrenten al nuevo curso con entusiasmo, que tienen entre manos una misión extraordinaria: la formación de sus hijos, su esfuerzo, siendo importantísimo, no es suficiente, los niños pasan muchas horas en el colegio, su derecho y su deber es exigir al sistema educativo y a la sociedad que colaboren en esa formación.

En darles valores sólidos, de acuerdo con nuestras convicciones, en preservarlos de tanta violencia como los acosa a través de la tele o de internet.

A medida que el medio se deteriora, y no hay reunión de padres donde no sea este asunto tema de conversación y preocupación, más serio tiene que ser nuestro esfuerzo por protegerlos y por formarlos.

¡Animo padres, nos espera un curso fascinante!

PARA EL PERIODISTA FALLECIDO

A Fernando Hernández

Moisés Tejedor Díaz

Don Benito

Hace ya una semana que no estás entre nosotros, aunque parece que todavía sigues aquí. Tu presencia estará siempre viva entre nosotros a través de la mirada de los más de quinientos ojos rasgados de origen chino que se convirtieron en extremeños, gracias a la osadía, el empuje, la fuerza, la generosidad, el amor, la entrega y la lucha desinteresada que has derrochado a lo largo de los muchos años en que te erigiste como estandarte, único, de Andeni . Una de esas miradas corresponde a Beatriz, una niña de seis años que un domingo de resurrección del año 2003 se convirtió en ahijada tuya y de Maribel. Beatriz está triste, como lo estamos todos, por tu marcha a un mundo desconocido para nosotros, pero a la vez muestra alegría porque sabe el gran corazón y valía que tenía su padrino, y lo que has significado para muchos de nosotros.

No solo has sido un referente en el mundo de la adopción y de la comunicación, sino, y lo que es más importante, en el de los sentimientos, algo que siempre le recordaremos al hablarle de ti. Estas líneas no son un homenaje, sino una obligación, como lo es el tenerte presente en cada momento de nuestras vidas.

Fernando, de parte de tu ahijada Beatriz, de tus compadres, y de toda nuestra familia, un beso muy fuerte, que seguro que te llegará, allí donde quiera que estés.