La tómbola delas plazas escolares

Interpretando la Constitución, todos somos iguales ante la ley y por ser personas se nos concede igualdad de trato y no discriminación. Del mismo modo se nos asegura el derecho a una educación básica cuyo objeto --cito textual-- es "el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales". Pues bien, madres y padres extremeños, este derecho se halla flagrantemente vulnerado por la Consejería de Des-educación. Hace días este periódico recogía una carta sobre padres que han visto su rutina diaria trastocada, gracias a la señora consejera.

Retomando el tema,aparecen y desaparecen las plazas para escolares por arte de varita mágica , o mejor decir, que hay plazas a la carta, pues aunque el baremo del menor de mis hijos no sería de 17 puntos como en el caso de la carta anterior, ya que son 11 puntos los que tiene, y tras rogar y suplicar y mover Roma con Santiago, por el bien de mis hijos, me he visto obligada a escolarizar a mis hijos en distintos centros educativos en Cáceres, al igual que la persona que empezó esta cadena. Al menos mi intención con esta carta, sé que esto no solo me ha ocurrido a mí, seguro que somos muchos los afectados, pero es que la discriminación vendría por partida doble, pues en mi caso dejo a uno de mis hijos en el colegio Castra Caecilia ya que vivimos en la Mejostilla y no me desplazo al colegio Nazaret (como la madre de la carta anterior), para dejar a mi hijo menor, sino al colegio Francisco Pizarro en la otra punta de la ciudad- ¡sí, madres y padres, y eso todos los días!, obligando a mis hijos a levantarse a horas intempestivas, pues somos una familia monoparental y si quiero llegar a las 8 al trabajo, no me queda otro remedio.

Nos dice la Constitución que los padres, en relación a sus hijos, tendríamos una serie de derechos, como: el derecho a escoger centro docente, el derecho a ser oídos en aquellas decisiones que afecten a la orientación académica y profesional de sus hijos.

Yo he intentado hacer valer esos derechos ante la Consejería de Educación y solo puedo decir que mi hijo el menor acude a un colegio que no he podido escoger, sino impuesto por obligación, que en ningún caso he sido oída por esta Consejería, es más el quejarme me ha cerrado puertas en la cara. Al menos me queda la libertad de expresión y el deber de convocar una cadena, con esta carta para que aquellas personas igual de afectadas se expresen, e invitar a todas ellas a unirnos y presentar acciones legales, pues nuestro derechos, no existen.

*Ruth M. Rojas Prieto (Correo electrónico)

´Esta casa es una ruina´

Me gustaría felicitar a Antena 3 TV por el programa Esta casa es una ruina puesto que hacía mucho tiempo que no veía algo en la tele que de verdad mereciese tanto la pena.Desde la simpatía del presentador hasta el equipo de profesionales que logran convertir una casa semi en ruinas en poco menos que un paraiso llenando de vida a una familia que estaba sumida en problemas con 4 cuatrillizos preciosos,una hija mas mayor y la madre en silla de ruedas.Familia ejemplar y unidos como muchos otros ya quisieran, consiguieron transmitirnos una gran emotividad, sentimiento ilusión, garra y fuerza. Todo un ejemplo ese padre. Que bonito es ver que de verdad existe tan buena gente. Yo me alegré y lloré tanto como ellos. Felicidades.

*Elena Hernández (Correo electrónico)

Medidas para España

Cuando se inicia una crisis, en cada país repercute de diferente manera y las medidas a tomar deben ser distintas. Copiar las soluciones de otros países puede conducir a verdaderos desastres. Las medidas que se aplican son: 1) Proteccionismo. 2) Devaluación de la moneda. 3) Fin de las importaciones. 4) Aumento del gasto público. 5) Reducción de la jornada laboral. ¿Y no sería conveniente en España, dado que nuestra particular crisis no es principalmente financiera, sino inmobiliaria, poner en marcha un plan de ese estilo adaptado a este sector? ¿No resulta vergonzoso ver pisos terminados, o casi, a la vez que miles de familias que no pueden optar a ellos, porque se han encarecido excesivamente, y los bancos no les prestan el dinero, ya que sus ingresos no les alcanzan? ¿Y la precariedad laboral sobrevenida por esta misma situación? Yo lo que propondría es que se obligara a las empresas que presentan suspensión de pagos o regulaciones de empleo a poner las viviendas construidas en el mercado como de protección oficial, a unos precios que, resultando asequibles, no quebrarán el mercado. Y, a la vez, ofrecería garantías a los bancos para que pudiesen prestar a las familias que realmente lo necesiten y que puedan ofrecer unas mínimas garantías para hacer frente a los pagos. Tal vez con ello se rompiera el ciclo de paro y falta de vivienda asequible.

*José Megías Vergés (Correo electrónico)