Los perdedoresde esta guerra

En estos momentos, en los que a pesar de la opinión del pueblo soberano, el Gobierno de España participa en la guerra contra Irak, algunos pueden pensar que los que nos hemos manifestado multitudinariamente contra la misma hemos perdido. No es así. Hemos ganado; no hemos evitado la guerra, pero estamos demostrando que gobernar contra el pueblo tiene la respuesta y oposición de muchos.

Habrá un antes y un después. Estamos aprendiendo. Cada manifestación sale mejor que la anterior y atrae a más personas, que despiertan, en su derecho a amonestar cívicamente al gobernante. Cada vez estaremos más organizados para no tolerar los engaños y mentiras de ningún político.

Estamos viviendo el nacimiento de una democracia participativa. Los engaños, mentiras y manejos de los medios de comunicación sobre el hundimiento del Prestige y la guerra de Irak, entre otros, la han propiciado.

Participamos en las manifestaciones: mujeres y hombres, hijos, padres y abuelos, de todas las clases y condiciones sociales y religiosas.

Y lo más importante, los jóvenes. Hace más de 20 años que en España se gobierna sin tener en cuenta la opinión del pueblo. Muchos de ellos nunca habían visto una oposición cívica al poder político y están aprendiendo a no consentir la manipulación y el alineamiento, a luchar por cambiar su futuro. Un gran porcentaje de los jóvenes que acceden a un puesto de trabajo prolonga su jornada entre un 30 y un 50%, y normalmente por un salario inferior al del trabajador veterano.

Esta es nuestra victoria, estamos ganando un futuro diferente con ellos.VALENTIN TIMON RODRIGUEZ. Cáceres

Contra la guerray quienes la defienden

Es indudable que ni Bush ni Aznar nos van a descubrir el canallesco comportamiento que haya podido tener Sadam Husein en el pasado. Pero no menos evidente resulta que con la guerra injustificada al pueblo iraquí (que es al fin y al cabo quien acaba pagando las consecuencias de los desastres), tales personajes se están poniendo a la altura del satánico dictador.

Como ciudadano, me produjo verdadero sonrojo y repugnancia ver que la bandera española ondeara en las Azores, donde se acordó dar el pistoletazo de salida para hacer la guerra a cualquier precio.

Que parte de la sangre inocente inútilmente derramada recaiga sobre la conciencia del presidente y sobre las conciencias de los que tan firmemente lo jalearon durante su intervención en el Congreso de los Diputados, igualmente cómplices de tamaño desatino.

Me pregunto dónde se encontrarían estos cazadictadores y ángeles defensores de los necesitados cuando las matanzas de Burundi, Ruanda y Congo, cuando en la zona de los Grandes Lagos africanos murieron dos millones de personas. Claro, eran negros de Africa y por allí, en vez de petróleo había improductiva selva.

¿Recuerdan ustedes el énfasis y la energía que ponía el señor Aznar y su equipo en la lucha contra el terrorismo de estado --llámese GAL-- cuando eran oposición? Me pregunto hasta qué punto se ha metamorfoseado el presidente y sus ministros, que han cruzado el río hasta la orilla opuesta para apoyar de forma incondicional a la más ingente máquina de terrorismo de estado que existe, que es precisamente la norteamericana, y para otorgar licencia de matar a la CIA allá donde más le apetezca.JOSE LUIS SANCHEZ MARTINSauceda de Pinofranqueado

El claustro del ´Alagón´dice ´no´ a esta guerra

Estar en contra de todo tipo de guerras es una postura ética exigible a cualquier persona con un mínimo de cordura.

Estar en contra de una guerra en concreto, es una postura personal que requiere un compromiso mayor y que, al menos, debe ser exteriorizado de forma pública.

Por esta razón, los profesores que firmamos este escrito queremos manifestar nuestro rechazo a la guerra en Irak.

Podríamos aducir muchos motivos que nos llevan a decir no a esta guerra y que son del dominio público, como el revanchismo evidente, los intereses ocultos, la prepotencia manifiesta tanto por países como por sus dirigentes, el desprecio a los organismos internacionales, la irracionalidad de todo el proceso..., pero quizás el motivo que más nos impulsa es la contradicción en la que se nos coloca a los enseñantes, quienes por un lado debemos educar en valores como la paz o la solidaridad y por otra asistir como espectadores impotentes a tanta barbarie.PROFESORES DEL IES ALAGON. Coria