Condolenciaa Anguita

Hace pocos días escribí un artículo sobre la guerra donde divagaba yo sobre los motivos y el apoyo a esta guerra. Además, al final del artículo escribía sobre los periodistas lo siguiente: "Pero lo que para muchos no es fácil de comprender es por qué los periodistas, a estas alturas del conflicto, tienen que quedarse en Bagdad para emitir las noticias jugándose la vida".

¿Entenderán sus familiares su pérdida en aras de nuestra avidez de noticias bélicas? La redacción de este periódico no lo consideró digno de ser publicado probablemente por no ser noticia "o no estar de actualidad". Quizás ahora sí.

Familia Anguita, reciba mis más sinceras condolencias.DIEGO LEDESMA FERNANDEZEsparragosa de Lares

El deportede la cetrería

Hablamos de una reciente moda, aunque se trate de una práctica muy antigua. Deporte autorizado, con su propia reglamentación, como temas de aves utilizadas no capturadas de la libertad, son animales reproducidos en cautividad, requisitos muy completos en cuestión de documentación, cuido y asistencia de pájaros.

Pero todo ello entraña un gran peligro al que deben estar alerta las autoridades competentes, así como creo a los cetreros de verdad. De ahí ciertas prácticas de furtivismo de huevos y pollos. Paga el pato de la novedad de esta nueva y vieja afición, por ejemplo, el entrañable cernícalo, tanto el vulgar como el escaso primilla, siendo el objeto de deseo de muchas personas jóvenes e inexpertas para estos métodos. También programas de televisión, como ese sujeto de Crónicas marcianas haciendo por lo menos en mi forma de pensar el necio con rapaces.

Tengo muy buenos amigos practicantes, que además requiere por cierto mucha destreza, todo lo cual respeto, dada su legalidad. Los mismos también contribuyen a dar a conocer nuestra gran riqueza en aves rapaces y son de verdad amantes de las mismas. Además, muchos de ellos se brindan al control y ayuda de estas especies de aves, en caso de accidentes, capturas de pollos, etcétera.

Por último, el precio de los ejemplares para dicha práctica es uno de los mayores problemas, aun totalmente justificados, lo prohibitivo de los mismos induce claramente a la captura de ejemplares silvestres.FEDERICO JOSE MARIN RODRIGUEZJerez de los Caballeros

Dicen que selee muy poco

Son conocidas las cifras indicativas de que se lee poco y cada cual tiene su punto de vista y opinión en el tema.

Algunos hemos leído algo cuando hemos podido. No lo hacemos en la actualidad porque la sociedad y las circunstancias han cambiado bastante. En una familia de varios miembros, es lógico la existencia en casa de más de un televisor y cadena musical, con lo que esto supone, y es una utopía leer enterándose de lo que se lee. Algunos debemos tener unas condiciones mínimas para leer a gusto o preferimos no hacerlo, no queriendo decir con esto que a diario no se lea algo más o menos corto, pero lo que se dice un libro, no se lee por los motivos citados. Se deduce que ávidos lectores de hace años suspiran por una tranquilidad futura que permita volver a su vieja y no olvidada afición de leer.

El dinero no da la felicidad, pero ayuda. Leer no transforma a nadie, nos ayuda a entender y diferenciar las cosas. Según aprecian algunos, don Quijote se volvió loco por leer libros que no debía y, entre otras cosas, por no comer y dormir como debería haberlo hecho. El leer no fue la causa de sus desventuras solamente.

La Biblia, el más conocido junto a otros, ejemplar religioso y la propia religión han servido para justificar las mayores barbaridades y en la actualidad se invoca a Dios en todas las religiones para hacer la guerra. La Biblia y la propia religión no tienen la culpa del uso que el hombre hace de ellos y un libro es sólo un libro. Leer es una opción y satisfacción personal; no sé si ahora se lee adecuadamente y se pone en duda cuando se ve a alguno en metro, tren o autobús con auriculares puestos y leyendo. ¿Es posible tener la capacidad de oír y leer al mismo tiempo? Algunos, con años y vivencias de todo tipo, no tenemos esa cualidad, y esto no quiere decir que quien lea sea mejor o peor. Nos entenderemos mejor con quien más capacidad tenga de entendernos, pues no debe ser igual leer por entretenimiento, por obligación o necesidad de hacerlo por la razón que sea. Decir que no leemos o leemos poco no aclara nada. Cada cual lo enfocará según criterio propio.JUAN HERNANDEZ. Portugalete