Patrimoniocon tirantes

En Extremadura hay un patrimonio extensísimo y a la vez riquísimo en el concepto de calidad de épocas pasadas, pero mira por donde este maravilloso y bimilenario puente romano de Mérida se va a convertir en una cosa extraña, y conste que no es la primera vez que ocurre esta circunstancia con este maravilloso monumento, pues ya le pusieron otra instalación eléctrica para, según los gobernantes de aquellos momentos, embellecer de alguna manera las históricas piedras. Los resultados fueron escandalosamente horteras. Bien es verdad, si nuestro querido puente hablara o gesticulara, se reiría a su anchas, que para eso tiene motivo, o lo tomaría a broma y diría que lo estuvieran vistiendo para unos carnavales, o tal vez para atraer a curiosos turistas. En fin, no comprendo a nuestro incansable alcalde para embellecer la ciudad y según declaraciones suyas, quitar el cableado de todos los edificios y construcciones del casco antiguo de Mérida y ahora le pone tirantes reflectantes a uno de los monumentos más emblemáticos de Extremadura.

Pero por favor le pido: a nuestro querido puente romano, visigodo, árabe, medieval, el de toda la vida, no le pongan tirantes; tal vez a Fraga le sientan mejor.

MANUEL BURGOS GUILLEN. Mérida

La sentenciade Guadalupe

En referencia a los escritos aparecidos en su periódico el pasado 17 de mayo de 2003, quisiera puntualizar lo siguiente:

Cierto es que en el año 1997, "no siendo Pedro Moreno alcalde de este ayuntamiento", se presentó por parte de doña Ana María R. S., una reclamación por vía administrativa de responsabilidad patrimonial. Al no tener ninguna respuesta por parte de este ayuntamiento, se presentó recurso ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJ de Extremadura, dando lugar a la sentencia y pago de 541.000 euros de indemnización más intereses desde esa fecha.

Este ayuntamiento, con un presupuesto para el año 2003 de 1.004.311 euros, y negativa por parte del Ministerio de Economía y Hacienda para acceder a ningún tipo de préstamo, se ve impotente para el pago, por lo que propuso al TSJ de Extremadura el realizar en pago fraccionados de 57.799 euros anuales recortando de su presupuesto en actuaciones culturales y festivas y de esta manera no colapsar la vida municipal. Al día de la fecha y habiendo transcurrido un año desde que se efectuó el primer pago, le ha sido ingresada la cantidad de 87.799 euros en tres plazos.

En septiembre del 2002 la sala solicita a este ayuntamiento inventario de bienes patrimoniales para proceder al embargo. Son embargables 26 fincas rústicas, cuyo valor patrimonial asciende a la cantidad de 46.580 euros, cantidad insignificante para abordar el pago de la sentencia.

¿Puede estar en baja o más bien en alza un alcalde que se encuentra este problema y que está dando cumplimiento a la sentencia hasta donde llegan sus fuerzas y las de las arcas municipales?

PEDRO MORENO TELLOAlcalde de Guadalupe

Otro mundopara mi gente

Por encima de siglas, signos y demás zarandajas de ese tipo que tanto se muestran ahora, supuestamente reflejos de identidades políticas, es penoso observar cuán ingrata está siendo España. Ingrata con la historia: no me cabe aún en la cabeza que se siga defendiendo a capa y espada una "identidad española", cuando la historia nos demuestra que somos una preciosa mezcla de culturas, que no somos autóctonos, sino, ¡gracias a Dios!, una preciosa macedonia intercultural. Ingrata con su pasado reciente: ¿Acaso no nos acordamos que hace apenas treinta años nuestra gente se iba al extranjero a trabajar en condiciones lamentables y en las tareas que en aquellos países no se apreciaban por su población? ¿O es que tal vez nos acordamos sólo de nuestros emigrantes en la fiesta de verano del pueblo o cuando vienen elecciones? Ingrata sobre todo con su carácter. Precisamente por ser una mezcla preciosa de culturas, la población española siempre se ha mostrado amable, acogedora y rebelde.

Ahora miramos de lado, hacemos leyes híperrestrictivas y nos conformamos con "pan y Pocholo", o con "pan y manifas".

MARIANO BLANCO. Plasencia