CARTAS AL DIRECTOR

Un buen amigo mío al que conozco desde que tengo uso de razón ha inventado la palabra capillitas (ojo: no debe confundirse con el plural de capillita , oratorio diminuto).

Capillitas es un adjetivo calificativo que se usa indistintamente para calificar a una o varias personas que pertenecen a un determinado grupito de amigos y se dedican a cualquier actividad artística. Mi amigo tiene una manía especial a las capillitas literarias, así que me referiré a ellas.

Para ser capillitas es preciso que en ese grupo se desprecie cuanto se hace fuera de él, que sus miembros se extasien ante las creaciones de sus comilitones, que suelen ser geniales (y que, por cierto, si los otros no las entienden es porque son unos retrógrados), que se inviten unos a otros a charlas, ponencias, recitales y demás actividades propias del gremio ...

Imaginemos que un capillitas tiene una sección fija en un periódico local. Semana tras semana irán apareciendo sus amiguitos, sus co-capillitas, alabados por sus méritos artísticos e incluso, quién sabe, incluso por sus opiniones y actuaciones políticas y cívicas en general. Que un capillitas es bueno en todo. Si de vez en cuando se cita algún escritor ajeno al clan, se tratará siempre de autores muy importantes, de esos que no hay más remedio que nombrar, pero eso, pocas veces. En cuanto al resto de literatos, ¿para qué?... Ya sabemos que por ahí hay mucha morralla .

Por último, el capillitas debe, sí, de-be entrar en los planes de estudio actuales como un clásico en vida. ¿Para qué estudiar a autores desconocidos en nuestras tierras (en las del capillitas, que son muchas) y dejar en el anonimato a nuestros firmes valores (esto del firmes valores es de ellos, no mío) que valen como mínimo mucho más? (Lo del como mínimo mucho más también es del capillitas, claro).

Y si de paso cae algo, que caerá... pues, miel sobre hojuelas.

Nota: En las provincias limítrofes nadie conoce a los capillitas de las vecinas. Serán zoquetes...JUAN CASTELL QUILESCáceres

TV rentableen Extremadura

Se avecinan nuevos vientos para la televisión regional. Al parecer existe un principio de acuerdo entre los políticos más importantes de la región (Ibarra, Floriano y Cañada), todos ellos abogan por una televisión pública de calidad, totalmente libre de basura. Como la mayoría de los espectadores no ignoran las televisiones generalistas que se pueden ver hoy día en España (incluida la propia TV1) tienen el listón bastante bajo si de códigos éticos y estéticos hablamos. Visto este panorama, el reto es todavía mayor.

No va a ser tarea fácil, pero tampoco va a resultar tan difícil que nuestro canal autonómico compita con toda dignidad con el resto de las televisiones. No partimos de cero, pues tenemos profesionales que o bien ya han hecho cosas destacadas o bien apuntan bastante alto en el mundo del audiovisual, como Zubizarreta, Manzano, Curro Velázquez, Sara Solomando, Apari, Alexis... Si el propósito merece, nunca se llega tarde a ningún sitio. Por eso, el renovado esfuerzo de nuestros políticos por limar asperezas no va a resultar baldío. El desarrollo de la televisión regional es una empresa que, bien gestionada, siempre va a dar buenos réditos desde el punto de vista social (Canal Sur Extremadura es un magnífico referente), lo bueno sería, como apuntaba el productor de cine Javier Bonilla, que aprovechando que somos de los últimos en tener una televisión autonómica, nos sirvamos de la ventaja que supone imitar la excelencia ajena y desterrar lo negativo de otras experiencias, de tal manera que se consiga un modelo de televisión sostenible.TEOFANES GALAN SANCHEZBadajoz