La voz de uncascabel

Cuando la vida mismafantaseaal resplandor de un candil,vemos una sonrisa radiante yespontáneaque ilumina un senderoen el que todos hemoscaminado...

Ahí está, pocos astrosiluminan como ellay su destello deja ahora unrastroque no se borra con el tiempo...

Una voz jubilosa amenizaese viajey su eco también perdura en elfirmamento, mientrasbuscamos de nuevo el sonidode sus pasos...

Hoy está cerca, muy cerca,y nada puede callar suarmónica forma de ser.

Gracias a ella hemos seguidoun rumbo,guiados por una fortalezacultivada,con el deseo de que finalmentesea el vientoquien acaricie nuestraconciencia...

MOISES HERNANDEZ ALONSOCáceres(En recuerdo a Sina y con elcariño de los suyos)

Y de nuevoPuerto Hurraco

Me gusta presumir de mi tierra, sobre todo cuando viajo y contacto con personas de otros lugares, aunque algunas tienen un conocimiento de la misma que no se corresponde con la realidad, al menos con la Extremadura de ahora. Y hay gente que se empeña en hacer mala publicidad de nuestra querida tierra y éste es el caso del cineasta Carlos Saura, que teniendo en Madrid, Barcelona o Galicia material de sobra para elaborar películas, se ha empeñado en hacerla sobre lo sucedido en Puerto Hurraco, que aunque somos los primeros en lamentar y reconocer que aquello fue una tragedia que nunca debía haber ocurrido, también somos conscientes que todos los días suceden hechos en otras ciudades peores que éste y no se les da tanto eco. Señor Saura, no se marche de nuestra tierra sin conocer todo lo bueno que tiene, aunque usted haya venido en busca de morbo y no olvide que tiene argumentos de sobra en la Ciudad Condal, donde el número de mujeres asesinadas cada año por malos tratos es el más alto de toda España. O en Madrid, que en lo que va de año han muerto víctimas de palizas, disparos y hasta quemados casi cien personas.

ANTONIA MARQUEZ ANGUITA. Badajoz

El teatro debeser clásico

El Teatro Clásico de Mérida es uno de los pocos festivales europeos dedicados a este género y sus amantes acudimos un año tras otro con la ilusión de encontrarnos con estos tesoros: vana esperanza. El festival hace tiempo que experimenta caminos diferentes, pero no encuentra el rumbo. La Lisístrata de Carles Santos es una buena prueba de ello. El teatro clásico es un género de calidad, avalado por 26 siglos de éxito. Magníficos autores capaces de reflejar, en diálogos intensos, las emociones que mueven a los hombres: pasión, ira, soberbia, amor, miedo, ambición, ternura... No es extraño que siga teniendo adeptos. Lo que hemos visto en el Teatro Romano la pasada semana es lo que se puede llamar, en lenguaje teatral, un "bodrio". Una obra de ínfima calidad, ininteligible, pretenciosa, chirriante, aburrida, mema. Ahora bien, si a una obra se le cuelga la etiqueta de "vanguardia", queda protegida contra cualquier crítica. Si no le ha gustado es porque no la ha entendido y si no la ha entendido, usted es tonta e ignorante. El público de Mérida es entendido. Años de representaciones lo han convertido en más experto que muchos críticos y hace tiempo que tenemos la modesta ilusión de ver teatro clásico. No nos defrauden más.

MARIA JESUS ARAGONESES YROSARIO LOPEZ DE PRADO. Mérida