Abastecimientode agua a Cáceres

Estos últimos días ha causado cierto revuelo el descubrimiento de unos bidones con alquitrán abandonados en las márgenes del río Almonte, cerca de la captación de aguas para consumo de la ciudad de Cáceres.

Me parece lógico (e inútil) que la Confederación Hidrográfica del Tajo inicie un expediente para ver quién fue el culpable de este desaguisado que, posiblemente, se realizó hace años. ¿Se abrirá otra investigación para determinar el culpable de que diariamente sigan vertiéndose, a través del río Guadiloba, nuestras propias aguas residuales que, paradójicamente, también desembocan no muy lejos de la captación?

Si alguien piensa que tenemos una depuradora que trata las aguas residuales, que se dé una vuelta por el puente sobre el Guadiloba en la carretera de Torrejón. Y si alguien, además, alega que la desembocadura está río abajo del punto de captación, que no olvide que al tratarse de un pantano, los líquidos pueden no ir siempre en el sentido del río.

¿Es el propio ayuntamiento quien debería investigar y autocastigarse por este continuo atentado a la salud de los cacereños?

Pero el problema, pese a ser preocupante con los dos asuntos referidos, siempre me ha parecido aún más amplio y grave por otro aspecto.

Ya en el año de las polémicas obras del trasvase Almonte-Guadiloba, el propio gobierno central, entonces socialista, no garantizaba la calidad del agua de Cáceres, según nuestro diputado nacional Felipe Camisón, debido a las zonas de riesgo radiactivo por las que transcurre el Tajo (EL PERIODICO EXTREMADURA de 10 de noviembre de 1992).

A consecuencia de una total falta de previsión, nuestros políticos del año 1992 nos colocaron la chapuza de un trasvase de aguas realizado "aprisa y corriendo". ¿No es ya hora de que nuestros actuales responsables se marquen como objetivo primordial dotar a Cáceres de una nueva presa de abastecimiento que nos permita usar el agua con total tranquilidad?FELIX CERRUDO RODRIGUEZ. Cáceres

Carta a Victoriay a Raquel

De nuevo debemos los placentinos soportar el burlesco espectáculo que parte del PP y la totalidad del CCPL están representando para alcanzar un acuerdo a la desesperada que los lleve, tras los intentos fallidos, a recuperar la alcaldía de Plasencia.

Yo pienso que el PP no es consciente del costo que esto le puede representar. Díaz lo único que persigue es irse cuanto antes, las labores de simple concejal no son para él, diciendo que al final se ha salido con la suya. Pero al PP su imagen y credibilidad, regenerada por Victoria Domínguez tras muchos esfuerzos, va de nuevo a degenerársele. Situación similar sufrirá Raquel Puertas de respaldar un pacto con los del CCPL, partido del cual hizo bien saliéndose, pues su perfil no cuadraba con el de los personajes que el CCPL integra.

Me dirijo a los concejales de la oposición, en especial a Victoria y a Raquel, para pedirles que no presten su voto a aquéllos que llevaron al Ayuntamiento de Plasencia a la ruina económica y al clientelismo más rancio; os imploro para que os alejéis de las posturas de Díaz, Macías y los suyos. Plasencia no se puede permitir que, por el ansia desmedido de poder de algunos, fructifique la moción de censura que andan preparando.

Plasencia no se merece que Díaz, Macías y los suyos mancillen a la ciudad con sus prácticas clientelares y sórdidas, tratando de quitar la responsabilidad del gobierno de la ciudad a un PSOE que está haciendo todos los esfuerzos posibles por sanear la maltrecha economía de la ciudad.JAVIER CASO IGLESIAS. Plasencia