¿Transporte urbanoo de ganado?

Martes, 28 de octubre, 07.45 horas. Cojo como todos los días el refuerzo de la línea campus frente al auditorio; lo cojo ahí porque en la Cruz de los Caídos es prácticamente imposible. Los conductores tienen la obligación de hacinar a los estudiantes como si de ganado se tratase, hasta llenar el último hueco del autobús, y digo hueco que no asiento. Eso sí, la puerta debe abrirse por si algún intrépido estudiante de otra parada quiere intentar adentrarse en la marabunta estudiantil. Son las 08.10 y bajamos la cuesta del cementerio, donde sufrimos una colisión con un coche de la policía nacional y dos coches más, debido a que el semáforo que hay se pone rojo y el conductor al ir deprisa y con el piso resbaladizo no le da tiempo a frenar. Todo se llena de policías y una ambulancia y nadie nos pregunta si estamos bien, sólo se preocupan del agente que iba en el coche. Nos quedan un rato en el autobús hasta que llega otro lleno hasta la bandera, donde se supone que nos debemos montar 78 personas más, superando con creces la capacidad del autobús, dispuesto a volcar en cualquier curva o rotonda. Y yo me pregunto: ¿Es preciso que suceda una desgracia para que mejoren dicho servicio? Solamente hay que reforzar en las horas punta.P.C.M. CáceresLos seguros de ladiócesis cacereña

Ante las afirmaciones hechas en el periódico el día 17 de octubre, en el artículo relativo a conservación del patrimonio artístico, he de manifestarle que los seguros que la diócesis de Coria-Cáceres tiene contratados con UMAS-Mutua de Seguros, referidos a inmuebles, son los siguientes: Palacio Episcopal, Catedral de Coria, Concatedral de Cáceres, Casa de Ejercicios de Cáceres, Seminario Diocesano, cada uno de ellos con un seguro individual cubriendo continente y contenido. Los templos (157) y ermitas (204) de la diócesis forman parte de un riesgo combinado, denominado multirriesgo parroquial, que cubre tanto continente como contenido. Asimismo, otras instituciones diocesanas tienen cubiertos sus inmuebles con seguros del mismo tipo.

Creo que ante estos datos, que me consta fueron comunicados al periodista que firma el artículo, es totalmente falso el titular que encabeza la información: sólo ocho de los 369 edificios de la Iglesia tienen asegurados sus bienes. Más aún, ustedes mismos contradicen el titular cuando más abajo indican que las parroquias y ermitas tienen una póliza de seguros.GINES RUBIO LACOBA. Cáceres

"¡Y a usted quéle importa!"

El 27 de octubre me traslado a la consulta del doctor Arribas Chapado, de Cáceres, con el fin de solicitar de ese facultativo (que figura incluido en el cuadro médico de Adeslas) la prestación de un servicio médico prescrito por endocrinólogo de esta ciudad.

Es el propio médico quien, tras una prolongada espera (junto a mí aguardan en el rellano de la escalera una anciana y dos familiares que la acompañan), abre la puerta de la vivienda. En el recibidor le pregunto, con tono cordial y amable, si hay muchas personas esperando para ser atendidos. Me espeta: "¡Y a usted qué le importa!". Y a continuación y observando mi cara de sorpresa, me larga: "¡Y a usted qué le importa si le voy a atender ahora mismo!" (veo que hay otras personas en la sala de espera; ignoro porqué va a darme ese trato preferente), expresiones que me declara con airado gesto y tono de voz elevado y autoritario y ante la presencia de los demás presentes en la consulta. Me siento gravemente ofendido y humillado, menospreciado por tan improcedente y pública vejación y manifiesto abuso de autoridad en la relación médico-paciente. Le apostillo que únicamente le hacía esa pregunta por ver si tenía que esperar mucho tiempo. Y acto seguido me abronca: "Si quiere, márchese". A la vista de tan ofensivo, grosero y reiterado comportamiento en dicho y hecho, no lo dudo: no puedo hacer otra cosa que salir de la consulta. Me marcho, obligado por tan desagradable conducta, ofendido y triste, apesadumbrado, manifestándole que está faltando al debido respeto que merece mi persona.

Mi condición de asegurado de Adeslas me facultaba para solicitar la asistencia médica al citado especialista, servicio que no he podido recibir al sugerirme el facultativo en cuestión que abandonara su consulta, incumpliendo gravemente la obligación contraída con la entidad médica de la que recibe sus honorarios: la efectiva prestación de servicios médicos a los asegurados de la compañía.JOSE MANUEL FUENTES GARCIA. Cáceres