Despidospor Navidad

Cuando hace 11 años contraje matrimonio con un profesional de las Fuerzas Armadas, que entonces ya contaba con tres años más de experiencia, creía en la rectitud y en el desvelo de los militares de alta graduación para con sus subordinados y sus familias. Muchas veces oí que el Ejército es una gran familia.

Pues bien, han pasado muchas noches de desvelo con mi marido haciendo servicio, muchos sinsabores esperando su regreso de alguna comisión lejos de casa, muchas contrariedades cuando le hacían permanecer en su trabajo más tiempo del habitual sin explicación alguna, y, al día de hoy, no queda resquicio de aquella creencia.

El 31 de diciembre del presente año, la gran familia se desprenderá de 388 cabos y cabos 1.º, además de 103 oficiales de complemento, olvidando y despreciando los 22 años de servicios que atesoran algunos de estos profesionales y haciendo pasar por un nuevo calvario a esposas e hijos.

Como digo, Defensa echará a la calle a un elevado número de profesionales y sobre todo personas, que han demostrado su valía, su dedicación y su profesionalidad cuando, es de dominio público que, por estar necesitado de personal, el ministerio ha recurrido a ampliar su oferta a emigrantes y a bajar el nivel cultural y coeficiente intelectual exigido para ingresar en las Fuerzas Armadas, con lo que cambia experiencia y valía por inexperiencia y falta de aptitudes.

Para aumentar este despropósito, además, incentiva el ingreso de nuevos profesionales de tropa, subiendo el sueldo a estos soldados hasta unos niveles próximos a los militares que ahora despide.

Si a todo esto añadimos la falta de escrúpulo para con tantas familias que se verán afectadas y la ausencia de cualquier tipo de indemnización, tenemos una situación absolutamente injusta e impropia de una institución que siempre ha querido distinguirse, citado a Quevedo, por "ser religión de hombres honrados".AURORA BELEN CABANILLASRODRIGUEZ. OlivenzaDemagogiapolítica

En respuesta a la carta publicada el pasado domingo bajo el título "Superávit fatal" y firmada por las Juventudes Socialistas de Jerez de los Caballeros, me gustaría decir varias cosas. En primer lugar, y muy a pesar del PSOE, el superávit logrado por el Gobierno del PP ha logrado que la quiebra de la Seguridad Social a que llevó el gobierno del señor González haya pasado a la historia. Díganle a los pensionistas con quién están más seguras sus pensiones, si con el PP o con el PSOE. La prueba está que en las últimas elecciones generales el PP ganó por mayoría, incluso en Extremadura; digo yo que por algo será. En cuanto a la mala gestión a la que ustedes aluden en su carta llevada a cabo en el caso Prestige, Yakolet-42 o paso de inmigrantes por el Estrecho, le podría rebatir todo, pero sólo le digo lo siguiente: caso Mar Egeo, buque Cason, comisiones ilegales del AVE, fondos reservados, director general de la Guardia Civil... En definitiva, no sean tan demagógicos y antes de hablar mírense el ombligo y aprendan en la oposición de los fatales errores que han cometido ustedes.JOSE M. HERNANDEZ GARCIA.Portavoz del PP en Cuacos de YusteGalgos muertosen Cáceres

Bellos animales, raza española, dulces, sensibles, fuertes y a la par elegantes, en manos de energúmenos, escasos de escrúpulos, corazones helados, ajenos a las leyes y a las más elementales normas de moral. Un animal que lo da todo y recibe nada a cambio, ése es el galgo. En el mejor de los casos, es llevado a un veterinario para que acabe dignamente con su vida. En el peor, es ahorcado con crueldad, o abandonado donde les venga mejor, acabando (con suerte) atropellado, como el que ayer mañana adornaba el acerado de la avenida de las Delicias (por cierto que pasó toda la noche y parte de la mañana allí).

Esa estupenda costumbre que están cogiendo algunos galgueros de tirar por la verja de la protectora a sus animales cuando no sirven, o atarlos a la puerta, es algo que está prohibido. Eso es abandono y lo perseguiremos como sea. No sé si les importa un ápice lo que ocurra con ellos, pero llegará un momento en que no podamos hacer nada, y no tenemos que cargar con su eutanasia. Porque nosotros sí tenemos conciencia y nos duele acabar con sus vidas por falta de espacio.ISABEL ALCALA. Cáceres