¿Por qué nadienos hace caso?

El pasado día 11 de noviembre se hacía pública una entrevista realizada a la periodista Rosa María Mateos referente a la situación de crisis de Antena 3 TV. Vemos que los métodos indicados son cada vez más habituales, y que el respeto a la dignidad cada día está más ausente. Nosotros, que pertenecemos al 25% de Cruz Roja en Badajoz, también hemos sufrido el trago de ser tratados como ovejas y cerdos, "como dice la veterana periodista". Y ante estas atrocidades, nadie da una respuesta, nadie da la cara siquiera, ni explican con coherencia y honradez las acciones llevadas a cabo. Ni los directivos, ni los políticos, ni los sindicatos, ni los comité de empresa, ni los compañeros de toda España se hacen eco de la noticia. ¿Por qué?

Nos sentimos claramente identificados con la entrevista, la noticia es la misma, la única diferencia es que ellos son más conocidos, pero no las empresas para las que trabajábamos.M. CARMEN GONZALEZ CLEMENTEY 4 FIRMAS MAS

Por los derechoshumanos en el mundo

Hablan los norteamericanos de derechos humanos, libertad de los pueblos de sus dictadores --por cierto sólo de los que merecen la pena económicamente--, y un largo etcétera. La pena de muerte, muy criticada por nuestra nación, sí existe en dicho país, bandera de las grandes democracias, ejecuciones casi todos los días, incluso de personas no muy demostrada su culpabilidad. Parece que todo va de razas y de dinero en un buen abogado; todo ello es motivo de crítica. Sin embargo, ejecuciones --nunca justificadas por mi parte-- en Cuba, es una verdadera barbaridad.

Qué me dicen de los prisioneros de Afganistán en Guantánamo, casi dos años en condiciones penosas. Son prisioneros de guerra según parece, pero la administración Bush no respeta nada, ni la convención de Ginebra ni nada, todo sin juicio previo. Incluso nos encontramos con un ciudadano español entre ellos. Parece ser que Washington justifica su actuación por no ser territorio de EEUU, es cubano. Vaya tela la cuestión.

Dónde están esos derechos humanos, tan defendidos por todos. No cabe duda que entre ellos habrá terroristas, pero países que respetan esos derechos no dicen ni un pelo sobre la situación de esas personas, seguramente algunas inocentes, dada la demostrada falta de capacidad de norteamérica para acusar a cualquiera.FEDERICO JOSE MARIN RODRIGUEZ. Jerez de los Caballeros

La violenciaen el deporte

Al escuchar ciertas noticias, en especial la última que ha habido sobre un chico muerto en un campo de fútbol, comienzo a pensar hasta qué punto hay que llegar para que esta carrera de locos se dé cuenta de que comienza a tocar fondo.

¿Hasta qué punto se llama competitividad y en qué instante comienza el derecho a acabar con una vida inocente? Bueno, el derecho a acabar con una vida inocente no existirá nunca, pero mi pregunta es si "el mundo es capaz de discernir la línea de límite y conseguir no cruzarla"; pero visto lo visto, no.

Parece mentira que un lugar como un campo de fútbol sirva de escenario a muertes tan injustas. Los futbolistas, personas como otras cualquiera, se han convertido en ídolos para una sociedad que parece que comienza a carecer de personalidad, y que encima alardea de controlar todas y cada una de sus vidas, cuando en realidad no se dan cuenta de que cada día son manipulados por una panda de listillos que han creado una religión de lo que debería ser sólo un juego.

En nombre de Dios se han promulgado guerras; en el nombre de un simple equipo de fútbol se han matado a inocentes; sólo nos queda ver a Beckham esculpido en oro en un púlpito.

A la vez, este negocio tan redondo mueve miles de millones. ¿Empleados en qué? Se me revuelve todo al pensar en la cantidad de gente que muere de hambre y en las miles de personas que viven en la miseria.

Creo que estos personajillos viven en urnas, aislados del exterior, y que sólo los sacan para que le den unas pataditas a un balón y se desfoguen. Porque si realmente vieran cada día un telediario, no podrían dormir por las noches. Y si encima son conscientes de todo esto y lo consiguen, deben andar escasos de moral, y en ese momento les compadezco por haber dejado de ser personas para ser animales.

Espero no llegar nunca a estos fanatismos y conservar siempre la razón para dormir a gusto, sabiendo que he ayudado en la medida de lo posible a esta sociedad.MARTA CRESPO DEL VIEJO. Cáceres