LOS LÍDERES

El nuevo dios político

Antonio Bertrán

Madrid

La historia se repite al detalle. Ante las elecciones de 1982, Felipe González se excusaba por su protagonismo, «exigido por sus compañeros». Pero lo primero que hizo al ganar fue deshacerse de todos ellos; sólo tardó más con el «hueso duro» Guerra, que «hará lo que yo diga». Así se convirtió, y así le llamaban sus lacayos, en el dios del PSOE, que tuvo el valor de decir que sacrificaba su libertad por nosotros --como otro Sagrado Corazón-- y que amenazó con irse si no aprobábamos su nueva posición contra el marxismo y en favor de la. Incluso hoy, aburrido de ganar dinero y de la política diaria, sigue mandando, metiendo con brutal calzador a Susana Díaz. Pablo Iglesias II, que ya comenzó por quejarse de que perdía su libertad por nosotros y que se retiraría pronto de la política, por adquirir más poder se ha declarado tanto de extrema izquierda como después socialdemócrata y ahora quiere prohibir toda tendencia, echando del partido, a quien no piense como él... en sus violento vaivén de turno. ¿Cómo no recordar al profesor de marxismo que después amenazó con dejar el mando si el PSOE no dejaba el marxismo y, defensor del «la OTAN, de entrada, no», volvió a chantajear con irse si no ganaba el referéndum por la adhesión?