CONFLICTOS BÉLICOS

La venta de armas

Emilio Puig Parcerisa

Badajoz

Un atentado es considerado terrorista por los medios de comunicación y sociedad en general, según la parcela que les ha tocado nacer y vivir en este insignificante oasis del espacio en constante evolución llamado Tierra. Lo que para unos es una agresión, para otros es justicia, aunque hay casos tan bestiales que estremecen a las personas normales de cualquier bando, dudando quién es más terrorista al contemplar la busca y retiro de los cuerpos mutilados o sin vida de niños, entre los escombros de un colegio arrasado por las bombas de aviones, o la masacre en un mercado por un artilugio casero explosivo.

Paz, libertad, justicia, democracia, sustancias indispensables para que un mundo se considere civilizado, solo son hermosas palabras para los promotores de los irracionales atentados y acciones bélicas, para embellecer sus cantos de sirena para sus convencidos seguidores, y a los que los primeros árboles no les permite ver el bosque. Los macabros conflictos armados que aniquilan casi en su totalidad naciones enteras, solo cesarán cuando las naciones industrializadas, incluida la nuestra, sobrepongan el honor y responsabilidad a la desvergüenza de vender armas a cualquier que pueda pagarlas, y a los países dirigidos por individuos prepotentes que les ciega el odio y el ansia de poder.

MEMORIA HISTÓRICA

Mártires de Anguieirio

Serafín Valladares

Patrón de Pesca. Pontevedra

En agosto de 1936, 11 personas fueron asesinadas sin juicio, sin acusación y sin piedad en una cuneta de Anguieiro (Galicia). Algunos cuerpos aparecieron allí, otros nunca fueron hallados. Ahora no se trata de encontrar y castigar a quien apretó el gatillo o dio orden, pero sí de recuperar la honra de todos los que, como esas 11 personas, nunca debieron perderla. Los 11 que ahora recordamos no cometieron otro pecado que trabajar arduamente para mantener a sus familias. Ellos no fueron los pecadores. Los pecadores fueron aquellos que a cualquier precio pretendieron mantener sus injustos privilegios. A los que les incomoda que tengamos memoria quiero decirles bien alto: no es bueno olvidar. La Historia se aprende, pero no se olvida ni se falsea. Ya se falseó durante demasiados años. Lo que queremos es la verdad. Ni venganza ni revancha, solo la verdad y la recuperación de la honra de quien la merece, como estos 11 mártires del Anguieiro. Ellos fueron Daniel González Graña, Antonio Blanco Rodal, Guillermo Fernández Fernández, Alejandro Martínez Pazó, José Martínez Pazó, Antonio Ferreiro Núñez, Normandino Núñez Martínez, Secundino Ruibal Villar, Estanislao Ferreiro Núñez, Eugenio Bastos Fernández y José Nores Rodríguez.

No los olvidamos.