el mundo se estremece

Trump avergüenza

Pedro Serrano

Valladolid

Donald Trump no ha decepcionado: lo que prometió en campaña ya lo ha comenzado a cumplir. Nada más jurar el cargo, se ha subido al bulldozer presidencial y, como un enajenado, ha comenzado a derribar cuanto encuentra a su paso. Sin duda, la elección de este bárbaro como presidente de los Estados Unidos avergüenza y estremece al mundo. Pero la llegada al poder de este grosero y furibundo personaje puede servir para dos cosas. Una, para que los ciudadanos de las democracias del mundo tomemos nota y aprendamos a elegir con más inteligencia y criterio a nuestros líderes y, dos, para aplaudir y emular semejante desatino, como parece estar ocurriendo ya en Europa, y así podamos certificar que el genero humano se ha idiotizado por completo. Nunca he comprendido por qué razón las democracias no disponen de filtros más eficaces para evitar que personajes de esta catadura moral e intelectual puedan acceder al poder y poner en peligro a sus países y, como ocurre este caso, al mundo entero.

LA VEGETACIÓN

Ola de frío

María Francisca Ruano

Cáceres

En tanto nieva o hiele, el espectáculo está servido. Un manto blanco, olas gigantes, las carnes encogidas, los virus en un frigorífico natural, las calles y las carreteras amenazantes, la soledad esparcida como la sal.

Sin embargo, en los invernaderos continúan con su laboriosidad y en las macetas en fila india crecen calentitas e iluminadas las begonias, azaleas, anturios y ciclámenes, y otras docenas más, mostrando otra clase de vida bien distinta, de tierra, de color, sobre todo, de amaneceres y atardeceres, con sus mediodías casi melodiosos. Cualquier ola de frío siberiana o polar ni se acerca a los viveros cuyos ambarinos y escarlatas entre verde hojas frondosas suavizan, sin un gesto de más, en su gesto de más, en su sitio, simple y sencillamente, tantos ojos ajados.