Carta, este femenino, singular, procede del latín charta, papel. Es un papel escrito por alguien para alguien que está ausente. Ahora son aquellas cartas de persona a persona las que se han acabado por terminar, extinguidas, olvidadas, arrinconadas.

Ahora hay impresos bancarios o indicadores económicos para ofrecer cantidades, pagadas, adeudadas, robadas, devueltas. Más bien cuentas, pérdidas, ganancias, a favor o en contra o cosas peores.

No hay nada tan antiguo como la moda, se ha dicho siempre. O sea:

Volverán las cartas.

Las que nunca se han marchado al menos en el pensamiento de sus autores, las que se lamentan no haber recibido o redactado, las guardadas celosamente, las editadas desde hace siglos y, las mejores, las que están aún por llegar.

La que vino hoy mismo, de buena mañana, al propio buzón.