De un tiempo a esta parte están proliferando las bodas, tanto de famosos como de gente anónima; claro que, como consecuencia de ello, también se ha incrementado el número de divorcios; es un círculo vicioso: los novios reciben costosos regalos (que no devuelven si se separan), los curas incrementan sus beneficios con las ceremonias y todos tan contentos.

Quién le iba a decir a la Esteban , a esta chica nacida en un humilde barrio de Madrid, que su boda iba a causar tanta expectación. El día de su enlace se dieron cita varias cadenas de televisión, un enjambre de periodistas, fans por centenares y hasta un despliegue de medidas de seguridad. Y todo esto para ver el vestido de la Esteban, la boda, los invitados, su salida de la iglesia del brazo de su marido- Vamos, que casi eclipsa a la otra boda de campanillas que ha coincidido el mismo día: la de la hija de Bono con un hijo de Raphael (con pe hache).

¿Sus méritos? Haber sido la novia de un torero famoso, Jesulín de Ubrique y haber tenido una hija con él: Andreíta , la que protagonizó la famosa frase de ¡Andrea, cómete el pollo!

La chica se caracteriza por el mal genio y la ordinariez, pero hay que reconocerle sus méritos: dicen los que la conocen que es un pedazo de pan y se hace querer. Ha encontrado su Pigmalión (¿o Pigmaliona?) particular en la persona de Ana Rosa Quintana que la ha ayudado, le ha dado trabajo como colaboradora en su programa de televisión y seguro que le ha asesorado para que cambie modales y actitudes, controle su lengua, especialmente, que deje de largar continuamente improperios a los Ubriques y Campanarios, que es lo que mejor sabe hacer.

Pero algo debe de tener la Esteban cuando lleva ya varios años en televisión y, cuando ella sale, aumentan los índices de audiencia.

Y ni los Bonos ni la Esteban han vendido su boda. Así se ganan el respeto de la prensa y del público. Eso se llama dignidad, y no todos los ricos y famosos la tienen.

¿Quién de las dos parejas se divorciará primero?