En escasos meses, una de las urbanizaciones de la Mejostilla, cuyas hileras de casas se asemejan al filo de una sierra, ha multiplicado sus viviendas como si de hongos de crecimiento rápido se tratara. Y no porque todo un ejército de albañiles se haya puesto manos a la obra sin concederse un respiro, sino porque su construcción deja mucho que desear. Una que es hija de albañil, y de los buenos, sabe que los cimientos de una vivienda y los forjados o encofrados son partes esenciales; del mismo modo que lo son los aislamientos de paredes y tejados. Pues bien, en estas casas lo único que he apreciado han sido ladrillos enormes y rasiyones extralargos. No quiero pensar en cómo se las verán sus futuros habitantes cuando el agua de la lluvia caiga con ganas o cuando el mercurio de los termómetros baje en invierno y suba en verano. La constructora tendrá la amabilidad de advertir a los compradores de que corren el peligro de encontrarse con la cara del vecino si osan clavar una punta en un tabique para colgar un cuadro. Los que las han comprado deberían acercarse por el ayuntamiento a pedir a los partidos mayoritarios explicaciones de los criterios que siguen para las adjudicaciones de obras a una u otra constructora. En este caso la calidad no ha contado y los propietarios tendrán una vivienda a la que será imposible aplicar el calificativo de digna. Teniendo en cuenta los materiales empleados, su precio, aparentemente económico, al igual que el de otras viviendas existentes en la zona, resulta excesivamente caro; por lo que la constructora, posiblemente, obtendrá los mismos beneficios que le hubieran proporcionado viviendas de nivel alto y, si me apuran más. Me pregunto, por supuesto retóricamente, si el ayuntamiento echa una ojeada a las viviendas construidas por las empresas adjudicatarias para baremar el criterio de calidad. No quiero pensar que esté en el ánimo de los partidos políticos el favorecer a una o unas empresas determinadas, ni deseo llegar a la conclusión de que Marbella está más cercana de lo que pensamos.

Ana Martín Barcelona **

Cáceres